Hay artistas cuya presencia habla antes que las palabras. Así es Ray Mariño, músico, bajista, guitarrista, cantautor y compositor venezolano, de mirada serena y sonrisa cálida. Su voz tiene ese timbre que transmite calma, pero también pasión; la misma con la que vibra cuando habla de música. Hay algo dulce en su manera de expresarse, como si cada palabra fuera una nota que elige con cuidado.
Ray ha recorrido una larga ruta entre bandas, estudios y escenarios, hasta llegar a este momento tan simbólico: el lanzamiento de Bicicleta, su primer sencillo como solista. Una canción que representa no solo una historia que lo conmovió, sino también el inicio de un nuevo ciclo en su vida artística, donde el viaje —literal y emocional— se convierte en metáfora y motor creativo.
-¿Recuerdas el momento exacto en que la música entró a tu vida?
-Hay varias «entradas» de la música en la vida de una persona, la primera vez que escuché una canción que me apasionó, fue hace muchísimo tiempo, tenía unos 4 o 5 años, y sé que mis padres ponían en el carro un cassette que tenía Hotel California (Canción de Eagles), y el solo de guitarra ¡me volvió loco! Le pedía a mi papá que me pusiera, una y otra vez, la canción. Era muy interesante la colección de cassettes que tenía mi papá en el carro, aunque eran muy pocos, todos me lograron apasionar. Había un cassette de los Beatles, tenía como 5 canciones de ellos, en formato instrumental, era una interpretación de quién se yo, pero esas melodías estaban ahí, para que veas que los Beatles funcionan de todas las maneras posibles, y atrapan un niño, eso dice muchísimo del contenido hermoso que tienen esas melodías.
Esa fue la entrada auditiva. La entrada para conectarme con la música, como tal, fue en mi cumpleaños 12-13, que mis padres me regalaron mi primera guitarra eléctrica.
–¿Cuándo fue que recibiste tu primer instrumento musical?
-No solo eso, sino que en ese momento de mi vida estaba con Fernando Bosch, nos conocimos en quinto grado, y éramos muy amigos. Tanto que a mediados de sexto grado, empezamos con el tema de que queríamos hacer música, y ahí dijimos «listo, hay que comprar instrumentos», y los dos lo hicimos, nos compramos nuestros instrumentos para hacer una banda, y eso pasó. En ese tiempo, estaba de moda el nu metal, bandas como Limp Bizkit y Korn, además, estaba de moda Supernatural de Santana, que es cero metalero, pero para ubicarlos en esa época. Y resulta que empezamos a hacer canciones, en ese momento con letras de mi hermana, que también era muy amiga de nosotros, y hacia letras en inglés.
–Entonces, todo comenzó como un juego de niños, luego fue un hobby, pero ¿Cuándo fue ese momento en que dijiste «esto es lo que quiero hacer para toda la vida«?
-Fíjate, yo salí de la carrera de Comunicación Social en el año 2011, dejé de cursar porque me gradué, el acto de grado lo hicieron en 2012, y para ese momento, comienzo a trabajar en una productora audiovisual, y a todas estas, la música nunca había parado, ya habíamos tenido cuatro-cinco bandas diferentes. Apenas me gradué dije, «quiero ponerme serio con la música, voy a entrar a una escuela», aunque ya había estado en la Escuela de Música Lino Gallardo, como por un año, pero, estaba muy chamo y no aprecié bien el trabajo que había que hacer. Entonces, ya de grande, con mi voluntad más fortalecida en entender más la música de una forma profesional, entro en Ars Nova, que es una escuela de música increíble, la recomiendo a todas las personas que quieren estudiar música, no solo en Caracas, sino en cualquier lugar del mundo porque, ahora, se convirtió en una escuela online. Allí conocí a muchos amigos, entré en contacto con un nivel de música más serio, nada más en el propedéutico de esa carrera me di cuenta que había muchísimo que aprender, y comencé a absorber al ritmo de María Eugenia Atilano (músico y directora de escuela de música Ars Nova), bueno…, más bien al ritmo que ella nos enseñaba. Ya en 2015, cuando seguía trabajando con la productora audiovisual, salió un trabajo musical, que al parecer iba a pagar mejor que lo que estaba ganando en ese momento, así que, decidí voltear las carreras.
–Hablemos de las bandas a las que has pertenecido y perteneces actualmente, bandas como La Fleur, Cayiao, Mr. Bosch and the Bluetones, acompañas a Horacio Blanco, Napo. Pero, empecemos con La Fleur, ¿Cómo fue tu experiencia con ellos? ¿Fue tu primera gran banda importante?
-Bueno, considero que antes de La Fleur ya había tenido experiencias importantes (Antes, había pertenecido a una banda llamada Stereo Venus). Esta banda aparece más o menos a finales de 2013, de la mano de un buen amigo, que conocí en la escuela música, Luis Trujillo, y me llama porque le faltaba un bajista, así que, llegué y me enamoré de toda esa gente, y de todo lo que tenían para dar. Ellos estaban apenas comenzando a crear canciones.
–Con La Fleur, ¿Se podría decir que pasaste a «otro nivel»?
-Sí, es que con ellos fue exponencial. Yo ya había grabado antes, demos, EPs, que nunca salieron, pero con La Fleur, grabamos un disco, y empezamos a tener esta experiencia del disco que es completamente diferente. Entonces, todo se puso más serio, nos nominan a los Premios Pepsi que fue una experiencia súper linda.
–No podemos dejar de hablar de Cayiao, es la agrupación a la que perteneces, actualmente, se podría decir que han tenido mucho reconocimiento ¿Cómo ha sido tu proceso en Cayiao?
-Con Cayiao he sentido que esta profesión ha valido la pena, más que nunca. Siento que en un momento donde no había tanta luz, porque yo siempre trato de buscar la luz en todos lados, en lo musical, en mi vida, estaba un poco apagado en ese sentido, y, apareció Cayiao, cuando toqué con ellos, dije: «Tengo que seguir tocando con ellos, no sé para donde me va a llevar esto o que va a pasar aquí», pero, el amor a primera vista también existe entre músicos en la música, y es muy genial cuando sientes eso. Comencé a ir con ellos, todas las veces que tenía que ir, simplemente para que entendieran que me gustaba el proyecto, y si me querían ahí, ahí iba a estar.
–Teniendo toda esta experiencia, estando ya en el mundo de los escenarios y conociendo a tanta gente ¿por qué no habías apostado por tu carrera en solitario hasta este año que salió tu primer sencillo Bicicleta?
-Justamente por esos mismos motivos, ya que uno entra en una zona de confort, y, aunque mi deseo inicial al entrar en la escuela de música era crear cosas mías, pues, también cuando comencé a aprender más música, me daba cuenta que sabía menos, entonces, eso también te llega a intimidar un poco, tener conocimiento te puede intimidar si lo usas en tu contra, a veces, uno es muy auto saboteador.
–Y, hablando de eso, Bicicleta ¿Cómo nació esta canción, por qué la elegiste para que fuese tu carta de presentación?
–Bicicleta nació de un viaje, justamente creo que por eso la canción es como este eco del viajero. Hace mucho tiempo hice un viaje, y a mi regreso, una buena amiga me contó una historia de amor, que me apasionó mucho, y no se salió de mi cabeza, entonces, conecté esos acordes que había creado en aquel viaje, con la historia que ella me estaba contando. Ese viaje que hice fue a Buenos Aires, Argentina, estos acordes tenían otra tonalidad, los había creado en el balcón de un hostal en Argentina y los grabé, tal cual, en una nota de voz.
La historia que me contaba esta amiga, tenía que ver con un ciclista que venía desde Argentina, pasando con un grupo de gente por toda Latinoamérica, hasta que llegaron a Venezuela, y ya con eso me pareció muy loco, pensar en que alguien podía hacer algo así en bicicleta, y, bueno, mi amiga, se unió a esa experiencia como por un tramo por la costa venezolana. En la canción, me puse en la carne de este viajero, hice la canción en su versión y no en la versión de mi amiga, pensando algo como «bueno, ya estoy llegando a este horizonte que tanto perseguí y me consigo contigo, qué miedo tener que irme y dejar el tren allí», aunque, cuando eres viajero, elijes moverte, y eso es lo complicado del viaje también, el luto constante de las cosas que ves pasar y que no sabes si vas a volver a ver.
Esta historia me conectó muchísimo con la temática que terminó siendo Bicicleta y por eso la canción dice, de una manera muy sureña «con vos también». Esta canción se convierte en mi primer sencillo porque tiene muchísimo tiempo acompañándome, desde el 2013 existe, se volvió como esa canción que siempre tocaba con amigos, a pesar de que tenía otras.
–¿Cómo ha sido esa experiencia de estar siempre en una banda a decidir dar el salto y sacar tu propia música?
-Ha pasado de todo en esa experiencia, te sientes muy acompañado por gente que se une a tu vibra y a lo que estás haciendo, ellos entienden lo que estás cantando, y, además, lo quieren cantar ellos también, esa parte es hermosa. Parte de ese auto sabotaje de no hacerlo antes, también viene de que estoy acostumbrado, desde siempre, a tocar en banda, a tener una banda y ser parte de una banda, cuando estás solo, eso te hace falta, sin embargo, en este año, que me he atrevido a ir soltando esa cuerda que tenía ahí, amarrada, me ha acompañado gente muy linda, así que siento que tengo banda, y el miedo que tenía de estar tan solo, ya no está. A veces es mejor que las cosas pasen.
–¿Bicicleta es la canción que te representa como solista?
-A lo mejor no es la canción que representa mi sonido más actual, pero, sin embargo, es como hacerle un honor a la historia de mi amiga, y al tiempo. También, decirme a mí mismo que las cosas tienen que ser como son, todo ese tiempo que pasé, tocando la canción, y no la había soltado, no pasó en vano, siento que es algo que va en honor a esa melodía que me viene acompañando por tanto tiempo. Y ahora, ya no es mía, ya está ahí, en el éter.
–Me llama la atención que dices que Bicicleta no es tu sonido actual ¿La música que viene va a tener un sonido distinto?
-Eso es lo que pensaba cuando estaba creando Bicicleta, pero como he estado tocando las canciones (otras) en banda, todas entran en un sonido de banda, ya siento que no están tan distantes, pero, tal vez, a nivel de ritmo, si pasan cosas diferentes. Cuando creé Bicicleta no pensaba que iba a hacer una canción que sonará medio brasileña, siempre fui rockerísimo, que eso también viene por ahí.
Entonces, no necesariamente va a ser un sonido acústico, esto que salió con Bicicleta también tiene que ver con una sesión que se hizo el año pasado, donde grabaron en audio y video la canción, la escuché y me encantó lo que pasó, dije «ya basta, ¿Qué más voy a esperar?, esta canción está grabada perfecto, me ayudaron mis amigos, estoy con una banda soñada».
En ese video está tocando la profesora de Ars Nova, María Eugenia Atilano, eso es una dicha, si se lo dices a un músico le explota la cabeza, porque sabe la persona de la que te estoy hablando. También, de mis mejores amigos en el mundo tocaron allí: Sebas (Sebastián Iribarren) en el bajo, él ha terminado siendo una persona muy importante en el último año, es alguien que quiero y con quién, además, hago música increíble. También está Rudy Alisetti, Luis Trujillo y Amarú. Todos son mis hermanos.
–Has tenido varias presentaciones este año, con Sebas, Rudy, también con Hana Kobayashi, y otros amigos, ¿Vas a seguir haciendo este tipo de presentaciones en colectivo o lo empezarás a hacer solo?
-Creo que las dos cosas van a pasar. Hace poco, unas personas, que, también en un tiempo muy corto se han vuelto muy queridas, que son Andrea Bello y Jhonny Seghabi, junto a Fernando Alba y Jorge Andrés, tienen un proyecto muy bonito que se llama «El Ventanal«, que es una serie de conciertos que se organizan, hasta ahora, en los galpones, y crean una experiencia muy linda, le ponen demasiado amor. Allí me invitaron, de hecho, Hana Kobayashi les dijo «tienen que escuchar a Raymond y meterlo en este próximo Ventanal», estoy muy agradecido con ella por eso, porque, además, fue una experiencia muy bonita. Ese concierto lo hice como Ray Mariño, con mi banda, Pablo Alfaro que es un tipazo y musicazo, Santiago Zamora, que es un gran amigo también con quién tuve el honor de tocar en Napo, y con Zé Estrada quién también es un hermano, tocó la batería en ese concierto.
–¿Cómo ha sido para ti, que eres músico de casi toda la vida, la evolución de la movida musical nacional? ¿Has sentido que ha cambiado para bien o para mal?
-Es complicado, y siempre lo ha sido. Antes estaban sitios como Discovery Bar y había otros lugares, muy particulares, a donde ibas y ya tenían su público nativo. Eso también es algo que, actualmente, se debe construir, sin embargo, hay espacios que lo están haciendo muy bien. Creo que la construcción debe ir de tomar espacios extraños y hacer conciertos allí, y que, simplemente, no nos limitemos a esperar a que alguien coloque una tarima bonita, sino nosotros mismos movernos con lo que tengamos, porque, al final, ahí está un poco de la sinceridad del arte. Y, ¿La movida actual? Complicada, tengo que admitir que yo hablo desde el privilegio, porque estoy en un proyecto como Cayiao que se mueve muy bien.
–¿Cómo sueñas tu futuro profesional con tu proyecto en solitario?
-Lo que quiero, si me preguntas, es darle la vuelta al mundo tocando estas canciones, me encantaría viajar a todo el mundo tocando mis canciones, y que lleguen a dónde tengan que llegar. Yo haré siempre mi arte con mucho amor y lo entregaré con ese mismo amor, así que, espero que resuene en el oído que tengan que resonar. Lo que quiero es cantar, tocar y componer.
–Y, por último, si nos movemos al futuro, dentro de 10 años, cuando ya hayas tenido una carrera musical fructífera, con varios discos en tu haber ¿Que le dirías a ese Raymond del pasado?
-Bueno, si yo vuelvo del futuro y me encuentro conmigo mismo, después de haber tenido una carrera musical con varios discos, lo me diría es «suelta, no tengas miedo, crea» que es lo mismo que también le diría al Ray Mariño de hace 10 años «no tengas miedo de hacer nada, porque las cosas son lo que son, y no puedes estar amarrado a no querer soltar lo que eres, me considero cantautor, así que, dale, que la vida te va a ir llevando, y todo va a estar bien». Y es lo mismo que le diría a cualquiera, haz sin mirar para los lados. Sin miedo, pues hay que usarlo a nuestro favor, el miedo te inyecta una adrenalina que si la usas bien, resulta en cosas hermosas, te construye y no te derrumba.
Con Hotel California comenzó todo
Conversar con Ray Mariño es entender que la música, para él, no es solo una profesión, sino una forma de mirar el mundo. Su historia está llena de momentos donde la sensibilidad y la curiosidad se entrelazan: desde aquel niño que se enamoró del solo de guitarra de Hotel California, hasta el adulto que sigue encontrando inspiración en cada viaje, en cada acorde, en cada historia que lo toca.
“Suelta, no tengas miedo, crea”, dice al imaginarse hablándose a sí mismo desde el futuro, y en esa frase parece resumirse toda su esencia. Ray es un artista que honra el proceso, que le da valor al tiempo, a las conexiones, al aprendizaje y a la emoción genuina. Su presente lo encuentra pleno, entre proyectos colectivos como Cayiao, colaboraciones con músicos a los que admira, y su camino como solista, que apenas comienza con Bicicleta, una canción que ya promete abrir muchas rutas más.
