Los más importantes homenajes no han hecho mella en su sencillez. El venezolano, Premio de Poesía Reina Sofía, entre muchos otros galardones, ilumina el camino de las nuevas generaciones de poetas y su voz reflexiva, como en su icónico poemario «Derrota», permanece firme y ondea versos de libertad … y esto hay que celebrarlo
Humilde y generoso. Sensible y auténtico. Totalmente compenetrado con los problemas de Venezuela por la que ha dado todo y lo mejor de sí. Padece como todos los venezolanos los embates emocionales y materiales de esta crisis que aqueja al país. Pero allí está: firme y siempre con su voz de alerta, palabras de valentía y lucidez.
Ese es Rafael Cadenas. Es el poeta mayor de Venezuela, una de nuestras grandes voces literarias a quien hoy el país le rinde honores y felicitaciones por arribar a sus 89 años de edad.
Cadenas, quien ha situado el nombre de Venezuela en el contexto mundial de la poesía, como otros grandes de nuestro país, ha alcanzado los más importantes reconocimientos, entre ellos el más reciente, el Premio de Poesía Iberoamericana Reina Sofía.
Con sus discursos, como el que ofreció el año pasado en ocasión de recibir el Reina Sofía, ilumina el camino de muchos venezolanos. Con su decir reflexivo, al igual que en su icónico poemario «Derrota», permanece firme y ondea los versos de libertad.
Su obra poética ha ido descollando en el ámbito internacional, precisamente por el asomo de un tejido más consciente en torno al lenguaje, el amor por una palabra limpia y precisa, y también por su voz de alerta ante los autoritarismos ideológicos que esclavizan al ser humano. También la traducción y el ensayo han ocupado la atención de nuestro poeta mayor.
«La realidad ha de mostrarse tal como es, con su peso propio, su fuerza, su misterio, libre de la cortina de ideas que impedía sentirla», nos enseña el poeta, quien siempre subraya el misterio o eso que llamamos Dios, paradójicamente lo innombrable.