Luxemburgo, un país donde se vive un multilenguaje muy cautivador, recibió a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y al maestro Gustavo Dudamel, con dos conciertos completamente agotados que se suman a los éxitos alcanzados en la Gira Europa 2025, con la que celebran 50 años de la fundación de El Sistema.
En el quinto concierto y la tercera ciudad del tour -continua la ruta de las ovaciones de pie para los venezolanos- que interpretaron la Sinfonía N° 3 de Mahler, pieza eje del repertorio. Está vez acompañados con las voces de los niños del Purei Cantores Du Conservatorie de la Ville de Luxemburgo y del Coro de Orquesta de la Filarmónica de París, precedidos por la imponente mezzosoprano francesa Marianne Cresbassa.
Desde cada butaca y palco de este recinto, se observaba a un público concentrado, silencioso, que al igual que ocurrió en París y Londres, no dudaron en aplaudir durante 15 minutos a Gustavo Dudamel y a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, tras la impecable ejecución de los seis movimientos.
El segundo concierto en el Gran Auditorio de la Philharmonie de Luxemburgo, se llenó del poderoso e inconfundible sonido del cuatro, en manos del músico venezolano Jorge Glem, quien acarició el oído de los presentes con la interpretación de Odisea de Gonzalo Grau, en una consecuente unión con la OSSBV y su director. Todo Terreno obra de Ricardo Lorenz, fue el punto de partida de esta presentación.
Tras el intermedio La Bolívar y Dudamel volvieron a escena, para encontrarse ante un público deseoso de ver más de la destreza criolla está vez con la Sinfonía N°4 de Tchaikovsky. Una presentación que fue aplaudida entre movimientos. Danzón N°9 de Arturo Márquez y Mambo de West Side Story de Leonard Bernstein, bises que terminaron de levantar al público de sus asientos, quienes se unieron al ritmo de estas obras con sus palmas y no dudaron en gritar un eufórico “Mambo”.
Para el director general de la Philharmonie de Luxemburgo, Stephan Gehmacher las dos actuaciones de la OSSBV y Dudamel fueron en una sola palabra “maravillosas”. Resaltó la reacción del público ante la ejecución: “Todo el mundo estaba atónito. Yo estaba muy emocionado. La noche del Mahler se notó al finalizar con los aplausos. Hoy la audiencia es muy distinta, muchos hablaban en español, y había muchos fans de la orquesta. Se podía sentir que cada músico era bienvenido”.
Precisamente entre los fans de la orquesta y de su director, estaba Emmanuel Hondré, director de la Ópera Nacional de Burdeos y quien anteriormente estuvo a la cabeza del Departamento de Conciertos y Espectáculos de la Filarmónica de París, se confesó gran admirador de La Bolívar a la que considera una familia que sin importar la generación comparte una gran energía y calidad humana. “Es un gran reto para entender desde Europa, lo interesante que es ver cómo la sinfonía es diferente en Sudamérica, en Venezuela, en Brasil, en Ecuador y en Argentina. Hay muchos otros compositores y tenemos que aprenderlos, porque son muy emocionantes. Así que tenemos que cambiar ahora y ser más abiertos”.
La ruta aniversaria sigue su éxito en tierras germanas.