Repensar el país” y “darle otra visión política” son frases que resuenan hoy en nuestra sociedad y en este caso son sostenidas por Eloy Torres Román, internacionalista, diplomático de carrera y escritor.
La necesidad de “actuar como ciudadanos y no como pueblo” es una de las afirmaciones que hizo este intelectual durante la presentación de su libro “Correspondencia para un venezolano de la decadencia”, que se realizó en la sede de la Asociación de Profesores de la UCV, jueves pasado.
En sus palabras Torres hizo un elogio al agradecimiento y lo destacó como una figura humana de altos quilates en los que se encontraron figuras tan disímiles como Neruda y Borges.

Afirma que en esta exploración literaria encontró en su memoria “momentos vividos y confrontados que, seguramente no serán del agrado de muchos de los que acompañan hoy, pero también están los que les agradarán, y todos seguramente los disfrutarán”.
«Por eso compren el libro”, dijo con buen humor.
Reivindicó el recuerdo de su padre, un luchador comunista, “que tuvo el valor de dar un paso al frente y cambiar su rumbo”.
“Soy hijo de un hombre que quiso hacer del país un mundo mejor y distinto”, sentenció.
Al cerrar el evento logramos acercarnos a Eloy Torres Román y tratamos, brevemente, de escrutar, un poco más allá de sus palabras de la presentación, la intención de escribir esta especie de epistolario que se titula: “Correspondencia para un Venezolano de la Decadencia”.

-¿Quién es el venezolano de la decadencia?
-Todos.
-¿Y qué le escribe Eloy Torres a ese venezolano?
-Que recapacite, que reflexione, que se levante y que piense como ciudadano, que deje de estar pensando como pueblo.
-Ahora… ¿cómo enfrenta Eloy Torres el presente que ese venezolano vive?
-Con optimismo. Creo que tenemos muchas fuerzas para salir adelante, pero hay que sentarse a hacerlo.
-Usted dice que hay que repensar el país. ¿Cómo se repiensa el país?
-Elaborando, discutiendo, confrontando ideas y saliendo adelante.
-Y habla también sobre cambiar la visión política que tiene el país.
-Sí. Acabar con el mesianismo, con la corrupción, con esos esos vendedores de ilusiones que aparecen a cada rato. Que hoy en día hacen y mañana lo matan, pasado mañana están haciendo trufas y también lo execran. Hay que acabar con esas prácticas que están destrozando al país.
-¿Y cuál es el espacio para discutir?
-En las universidades, en los liceos, en los sindicatos, en las empresas, en el campo, en la ciudadanía, en la calle.
-¿Cuál es el rol de los partidos políticos en esa discusión?
-Tratar de incorporarse a la comprensión de los problemas de la gente de verdad, verdad y no utilizarlos como fichas de cambio.
-En el escenario político de hoy, esa correspondencia, ¿qué busca?
Bueno, busca eso, encontrar una solución para darle, para encontrarle un camino, darle un carácter de ciudadano a este pueblo que está perdido en eso.
