Ana pasaba la mayor parte de su tiempo en su escondite en Amsterdam leyendo y estudiando. Al mismo tiempo continuaba escribiendo sus sentimientos, creencias y reflexiones en su famoso diario
El 9 de julio de 1942, la familia de Ana Frank se mudó a un escondite preparado de su antiguo apartamento.
La idea era desordenar el lugar para que los miembros de la Gestapo pensaran que el lugar había sido abandonado. Era un espacio de tres pisos en la parte posterior del edificio con acceso a un patio.
En ese pequeño ático Los Frank vivieron durante dos años y en ese lugar la joven Ana plasmó su vivencia como judía en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial.
Ana pasaba la mayor parte de su tiempo en aquel escondite leyendo y estudiando, al tiempo que continuaba escribiendo en su diario. Además de narrar los hechos transcurridos, ella escribía sobre sus sentimientos, creencias y ambiciones, temas de los que no hablaba con los demás.

Víctor Kugler , Johannes Kleiman, Miep Gies y Elisabeth »Bep» Voskuijl eran los únicos empleados que sabían del escondite y, junto con Jan, el esposo de Gies, y Johannes Hendrik Voskuijl, el padre de Bep Voskuijl, ayudaban a los Frank a sobrevivir durante su confinamiento.
Ellos eran el único contacto entre el exterior y los ocupantes de la casa, y los mantenían informados de las noticias de la guerra y de los eventos políticos. Eran también los proveedores de todo lo necesario para la seguridad y supervivencia de la familia.
Abastecimiento de comida resultaba cada vez más difícil a medida que el tiempo transcurría. Ana escribió sobre la dedicación y sobre los esfuerzos para levantarles el ánimo durante los momentos más peligrosos. Todos eran conscientes de que dar refugio a judíos se penaba en aquel momento con la muerte.
Fue entonces cuando el 4 de agosto La Gestapo la atrapó junto a su familia. Luego de eso fueron trasladados para ser sometidos a interrogatorios para luego ser detenidos en una casa de campo en Westerbork. Pero el dos de septiembre Los Frank fueron deportados, en el que sería su último traslado, desde Westerbork hasta el campo de concentración de Auschwitz.

Tres días después del viaje llegaron a su destino, y los hombres y mujeres fueron separados según su sexo, para no volverse a ver más. De los 1.019 recién llegados, 549 –incluyendo menores de 15 años– fueron seleccionados y enviados directamente a las cámaras de gas.
En Febrero de 1945 Ana falleció por Tifus, pocos días después de la muerte de su hermana Margot.
A continuación cinco citas del Diario de Ana Frank:
- “La única manera de conocer verdaderamente a una persona es discutir con ella. Porque cuando discuten en su punto más álgido, revelan su verdadero carácter”.
- “Nadie se ha hecho pobre por dar”.
- No quiero haber vivido en vano como la mayoría de la gente. Quiero ser útil o llevar alegría a la gente, incluso a las que nunca conocí. Quiero seguir viviendo incluso después de mi muerte”.
- “La pereza puede parecer atractiva, pero el trabajo da satisfacción”.
- “Lo que se hace no se puede deshacer, pero se puede prevenir que vuelva a ocurrir”.