La obra se presentará este sábado 20 de mayo en el Centro de Arte Los Galpones de Caracas
Hay tantas formas de maltratar a una mujer como palabras para decirlo y acciones para denunciarlo. Lo que antes se quedaba entre las cuatro paredes de la casa o los muros de la complicidad hoy sale a la calle y pasó de lo privado a lo público. El grupo teatral Amaká Colectiva decidió llevar a escena estas violencias en la obra «Frutos Extraños», que se presentará este domingo 20 de mayo a las 4 de la tarde en el Centro de Arte Los Galpones. Son tres bailarinas y actrices que le ponen carne y danza y la denuncia: Marcela Lunar, Berna Rodríguez y Sain-Ma Rada. En esta función habrá un extra: la intervención de la artista plástica Malu Valerio.
«Esta es una obra escénica de danza y teatro. Es la dos cosas. Es una poética escénica», explica Berna Rodríguez, una de las protagonistas. «Frutos Extraños pone el foco en las violencias más determinantes que terminan con la muerte de las mujeres. Son las mujeres que caen, las mujeres afectadas por la violencia hasta llegar a la muerte, y cómo esas muertes nos afectan a todas y a la sociedad».
Las mujeres asesinadas, las mujeres violentadas no son un problema solo de las mujeres, subraya Rodríguez. Este es «un problema del sistema, de la sociedad en que vivimos, de la forma como nos han criado y como asumimos que la sociedad debe existir. Ese es el foco de esta obra».
«Frutos Extraños» forma parte de una trilogía formada también por «Mala madre» y «El circo roto». La obra se basa en textos de las autoras Indira Carpio y Oriana Orozco. «Ambas cocrearon este guión inspirado en un libro de Indira que se llama frutos extraños. Entre tantas conversaciones, café, desahogos y cosas sobre las que queríamos conversar y hablar salió la obra», recuerda. El asesinato de Mayell Hernández, perpetrado por su expareja en 2018, las afectó mucho, rememora Rodríguez, y les dio el empujón final para la obra.
Para llevarla a escena se unieron Marcela Lunar, como directora y guía; Berna Rodríguez y Sain-Ma Rada. Así, lo que las escritoras plantearon se convirtió en músculos y movimiento. «Frutos Extraños fue una creación colectiva, porque aunque había una guía en los textos y la dirección, entre todas los moldeamos para que ocurriera esta obra».
La pieza regresa a la mirada del público varios años después de su estreno y con la pandemia de por medio. Muchas cosas cambiaron; también, las protagonistas. «Siento que las obras escénicas son obras vivas, que siempre van a evolucionar y transformarse. Las personas que nos vieron en las primeras funciones de 2019, que nos vieron en 2021 (la última vez que la presentamos en Caracas) se encontrarán con algo distinto, una obra que ha evolucionado. Cuando revisitamos las obras hay algo que se consolida, algo que se abandona, que queda, que madura. Nunca va a ser la misma obra». La presentación en Los Galpones será la número 22 después de su irrupción en el mundo teatral venezolano. Son poco más de 50 minutos de reflexión.
¿Es una obra feminista? «En general no nos gusta usar el término feminista. Nos gusta usar el término femenino. Nuestra filosofía, nuestra lupa es hacia lo femenino y lo que las mujeres vivimos y queremos contar. Tiene una óptica violeta», explica Rodríguez.
¿Es solo para hombres? «Es para todos. No es un problema solo de las mujeres; es un problema social, estructural», aclara. Cabe destacar que el diseño de iluminación de la obra está a cargo de un hombre muy sensibilizado con este tema.
¿Es para niñas? «Nos preguntan mucho si es para niñas. No es una obra para niños y niñas, pero nunca les decimos que no. Invitamos a que vengan y estén acompañados por sus padres, y que haya una conversación sobre lo que van a ver. Oficialmente es para mayores de 14 años, pero pueden ir niñas y niños con una conversación de sus padres», aclara.
¿Qué quieren que cambie con la obra? «Desde 2019, cuando la montamos, muchas cosa han cambiado, pero eso, no. Este es el llamado de atención. No importa cuanto tiempo haya pasado, cuantas cosas hayan pasado en el mundo, y las mujeres siguen siendo asesinadas a manos de la violencia machista. Quisiéramos que haya un despertar, que no quede como un elefante blanco. La violencia machista sí existe, habita en la casa, puede estar muy cerca y no nos damos cuenta», refiere.
Sería hermoso, expresa Rodríguez, que quienes puedan cambiar las cosas (los hombres, los políticos) «se dieran cuenta de dónde está el problema real, la raíz del problema, para hacer los cambios que necesitamos; entendiendo que viene de cada persona, de cada familia, de un sistema educativo. Todo está junto. La culpa es de todos».
Amaká Colectiva puede llevar «Frutos Extraños» al interior del país (este año ya lo hicieron en Cumaná) y también al exterior de contar con el apoyo necesario. «Nuestro trabajo es de autogestión y por eso siempre estamos buscando colaboraciones».
El grupo ya está trabajando en una nueva obra, porque -bien lo apunta Rodríguez- «siempre hay mucha tela que cortar».
Las entradas para «Frutos Extraños» se pueden comprar en preventa en el Instagram del grupo: @Amaka_colectiva. También se pueden adquirir el mismo día en la taquilla del Centro de Arte Los Galpones.