La Cinemateca Nacional fue el punto de encuentro donde se vivió una experiencia colectiva que honró la memoria ancestral y la resistencia de un pueblo
El pasado 28 de mayo, la Cinemateca Nacional fue escenario del preestreno del documental Kueka, guardianes de la memoria ancestral, una obra dirigida por María de los Ángeles Peña Fonseca que narra el retorno de la piedra sagrada Kueka al pueblo Mapaurí, luego de más de dos décadas de lucha. En ese acto simbólico, cargado de historia y espiritualidad, la maestra de ceremonia Rosanna Marín vivió en primera persona una experiencia que —como ella misma señala— fue “profundamente conmovedora”.
Marín, magíster en antropología social y cultural y licenciada en letras, además de ser la coordinadora editorial de la web de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, fue la encargada de conducir la actividad. Desde ese lugar, se convirtió en testigo privilegiada de la atmósfera emocional que impregnó el evento.

“Fui el hilo conductor entre la gente que estuvo estrechamente involucrada en todo ese proceso acontecido con la abuela Kueka. Fue una experiencia increíblemente grata”, relató.
Lo que para muchos era simplemente un estreno, para Rosanna Marín fue la culminación de un largo trayecto espiritual y político. “Había una atmósfera de expectativa colectiva, y ser parte de ese momento donde se revelaba un proceso de años, fue profundamente emocionante”.
Uno de los aspectos que más la impactó fue la diversidad del público: representantes diplomáticos, autoridades gubernamentales, cineastas, líderes indígenas, prensa y ciudadanos interesados confluyeron en un mismo espacio. “Se sintió una real comunión, una conexión con algo que para el mundo occidental quizás es difícil de comprender: la relación entre la naturaleza y el destino de un pueblo”.
Para Marín, la historia de la abuela Kueka es también una lección sobre la resistencia. “No hubo derrota. El pueblo Mapaurí tejió redes de solidaridad para lograr lo que parecía imposible: traer de vuelta a su piedra sagrada”, explicó al tiempo que subrayó que de toda la proyección, hubo un momento que la marcó especialmente: “Cuando la piedra llega en una especie de montacargas a Mapaurí y la gente la recibe, los ancianos que oraron por años la ven regresar… ese es el momento más conmovedor”.
La presencia institucional, lejos de romper la atmósfera espiritual del evento, reforzó —a su juicio— el mensaje de soberanía, respeto a las culturas originarias. Destacó la intervención del alcalde Mapaurí, Leonard Loyola, voz elegida por su comunidad, y la fuerza del relato de la documentalista. “Fue una travesía esforzada pero con un tremendo triunfo ante todo lo que se oponía a él”.
Marín también extendió una invitación a quienes aún no han visto el documental: “Es una mirada a un aspecto de la venezolanidad que quienes vivimos en las urbes tenemos un tanto extraviado. Es una oportunidad de apoyar no solo al cine venezolano, sino a una comunidad viva. La taquilla será destinada a la comunidad Mapaurí para que ellos decidan cómo invertir esos fondos”.
Kueka, guardianes de la memoria ancestral se encuentra actualmente en cartelera en salas de Cinex, Cines Unidos y Cinepic a nivel nacional.