Este 25 de julio de 2024 se llevó a cabo el cierre de campaña política de los candidatos a las elecciones presidenciales, previstas para el próximo domingo, abriendo paso al período de reflexión al voto ciudadano. Sin embargo, la incertidumbre es el sentimiento que prevalece entre los comerciantes caraqueños que, con ventas cada vez más disminuidas, se encuentran a la espera de los resultados de los comicios: «Vamos a esperar ver el panorama para empezar nuevamente a reponer la mercancía», aseguró el encargado de una tienda de alimentos.
Frente al ambiente electoral que vive Venezuela, Contrapunto realizó un recorrido en zonas del centro y este de la Gran Caracas, para conocer la visión de los pequeños empresarios y comerciantes informales que hacen vida en la región capital.
Héctor Sánchez, encargado de una tienda de alimentos ubicada en el boulevard de Sabana Grande, reportó una baja en las ventas, especialmente en «la última semana», a su juicio, debido al feriado del 24 de julio, además de los cierres de campaña política.
«Ya desde hace varias semanas se sienten un poco bajas las ventas, hay veces que repuntan, no siempre, pero sí hay una baja con respecto a meses anteriores«, señaló.
Detalló que hasta la fecha no han renovado inventario, debido a la incertidumbre que supone la elección presidencial: «Estamos esperando a ver que pasa, porque como hay una duda en el ambiente sobre lo que vaya a suceder, si habrá una estabilidad o inestabilidad con respecto a la situación política. Entonces estamos retenidos con las compras. Vamos a esperar ver el panorama para empezar nuevamente a reponer la mercancía».
Mariela López, encargada de una tienda de ropa, también observó una disminución de las ventas desde la semana comprendida entre el 15 y 19 de julio, aunque esperaba que las movilizaciones por cierre de campaña agilizaran al comercio «ya que los días de concentraciones aumenta el movimiento, sobre todo porque las personas que vienen del interior (del país) aprovechan para hacer sus compras».
No obstante, indicó que aunque tienen previsto operar el día de la jornada electoral, aún no manejan un plan de acción post-elecciones: «Estamos esperando a ver qué pasa».
En simultáneo, otros se refugian en una esperanza abrazada al temor. Tal es el caso de Elena Ruíz, dueña de un pequeño abasto en el este de la ciudad, para quien ya es hora de «promover un cambio», debido al «descontento» de la población.
«Tengo la fe de que vamos a seguir adelante, nos ha costado muchísimo, además de los impuestos, sobre todo los nuevos que se ponen a inventar, que benefician a los adultos mayores, pero no es justo que el pequeño comerciante, que está bien golpeado desde hace rato, seamos quienes también tenemos que pagar eso. Entonces, al final, ¿quién está dando, el gobierno o nosotros?», declaró.
Reconoció que el panorama le «pone nerviosa», en particular por las recientes declaraciones del candidato y actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sobre aquello que podría suceder de no obtener la victoria: «No es justa la campaña que ellos han emprendido. Jamás habría imaginado a un (Nicolás) Maduro que hablara con tanta agresividad, que va a haber sangre, ¿está hablando de la sangre de los venezolanos?», se preguntó a sí misma.
Otros esperan con menos esperanza. Así lo sostuvo el dueño de una licorería, quien recordó que las ventas han decaído durante los últimos 15 días del mes de julio: «Yo veo la luz del túnel bien lejos, no tengo muchas esperanzas, porque viene así desde hace tiempo y es complicado dar una expectativa. Esperemos que mejore».
La misma posición fijó José Andueza, un zapatero de oficio, que mensualmente paga el alquiler del kiosco en el que presta sus servicios: «Desde hace tiempo las ventas no sirven, ni el trabajo tampoco», expresó con tono de decepción; «no está cambiando nada, pero hay que trabajar. Yo voy a votar, pero eso es secreto. Lo que te puedo decir es que las cosas ahorita no sirven, no sé si más adelante será mejor, pero trabajar no es como antes», aseveró.
Los informales también hablan
La realidad no es muy distinta para los comerciantes informales que hacen vida en la capital del país, así lo afirmó Iris Rodríguez, en cuyo puesto ambulante comercializa productos variados, aunque las ventas no han sido las mejores: «Pero eso ya uno lo ve como habitual, porque todos los años es lo mismo», indicó, aunque atribuye la reciente caída de las ventas al cierre del año escolar.
Explicó que ha trabajado en el sector del comercio informal desde hace algunos años, «cuando la cosa se puso apretada. Trabajaba con un sueldo, pero la base no daba y tuve que buscar otra opción». De cara a las elecciones del 28 de julio, aseguró que «todos» se encuentran a la expectativa: «Tenemos esa incógnita de qué va a pasar, porque uno vive prácticamente del día a día. No es fácil».
Por su parte, una vendedora ambulante de bebidas atribuyó la caída de las ventas a la incertidumbre que representa el ámbito electoral: «Yo creo que es porque como ya vienen las elecciones el domingo, la gente tiene temor, suspenso, como si fuera a pasar algo, la gente sale a comprar comida, tienen otras prioridades (…) aquí no se sabe qué va a pasar, ojalá que no pase nada malo«.
«Que cambien el país, pero que no haya problemas aquí en Venezuela, demasiado tenemos ya. Le pedimos a Dios que todo salga bien», culminó.
«Las ventas han estado normales, pero estamos a la expectativa de qué puede pasar el 28 (de julio), más que todo para el lunes. Veremos cómo se mostrará el rostro de Venezuela, y ahí, veremos qué hacer para continuar y seguir vendiendo nuestros productos», expresó un comerciante de frutas y hortalizas que viaja semanalmente desde el estado Táchira hasta Caracas para comercializar productos al detal desde su camión.
Una posición clara
Amanda Díaz, dueña de dos puntos de venta en el centro de la ciudad, manifestó que su plan es distinto «dependiendo de quién gane». Se plantea la posibilidad de migrar hacia otro país junto a su hijo y esposo, si no gana el candidato de su elección.
«Todos estamos en suspenso, vamos a ver qué pasa para las elecciones», indicó tras declarar que autoridades policiales del sector han advertido que «dependiendo de lo que pase pueden dejarnos trabajar o no (…) todo el mundo realmente está esperando las elecciones».
Por su parte, el transportista José Rodríguez expresó su inconformidad con la situación actual que vive el país: «Soy profesional y estoy aquí, manejando un autobús (…) no creo que pueda seguir aguantando esto 5 años más».
El voto es prioridad
Pese a las distintas perspectivas, la mayoría de los pequeños empresarios y comerciantes afirmaron que ejercerán su derecho al voto y mantendrán sus santamarías abajo para permitir que sus empleados puedan trasladarse hasta los centros de votación.
«Yo le digo a los muchachos que tienen que tener consciencia y pensar en su país. Normalmente, trabajamos los domingos, pero este 28 de julio no vamos a laborar y yo voy a votar«, apuntaló Rosa Hinojosa, dueña de una panadería popular de Caracas.
Nota: A petición de los entrevistados, algunos nombres fueron cambiados