Bárbara Hernández es la primera persona en nadar 2,5 kilómetros en bañador, a una temperatura de -2 grados centígrados en el océano Ártico. Acá la entrevista concedida a EFE que ha sido reproducida por medios internacionales
La nadadora extrema chilena Bárbara Hernández, conocida como «la sirena» de hielo», recalcó este martes la necesidad de proteger la región Antártica y de reducir las emisiones de CO2, para frenar el agudo deterioro del planeta e impedir la proliferación de tragedias humanas y medioambientales como los incendios que azotan a Chile.
En su primera entrevista tras batir el lunes un nuevo récord mundial y convertirse en la primera persona en nadar 2,5 kilómetros en bañador, a -2 grados centígrados en el océano Ártico, Hernández dedicó su proeza a sus compatriotas ya que en los momentos difíciles «si hay algo que nos hace únicos como chilenos es la persistencia y una capacidad de sobreponernos a todo».
Refiere el reporte de la agencia EFE que la nadadora es parte de «Antártica 2020», una iniciativa que reúne a líderes de todo el mundo que buscan promover la protección del continente helado y en la que participan, entre otros, la oceanógrafa Sylvia Earle, el nadador sudafricano y patrón de los Océanos de las Naciones Unidas, Lewis Pugh, la actriz Pamela Anderson o Philippe Cousteau, el nieto del reconocido oceanógrafo Jacques Cousteau.
Esta iniciativa trabaja, asimismo, en estrecha colaboración con Antarctic and Southern Ocean Coalition (ASOC) y The Pew Bertarelli Ocean Legacy.
-Este lunes has superado un récord mundial ¿además de feliz y cansada, cómo te sientes?
-Agradecida del privilegio de entrar en estas aguas del fin del mundo y a través de este récord ayudar a hablar del cuidado del océano Antártico. Es un privilegio hacer lo que amo y ponerme al límite junto a un equipo que admiro y con el apoyo de la Armada de Chile, que hizo todo lo posible para tener una excelente recuperación de la hipotermia.
-Tu proeza coincide con un momento crítico en tu país, azotado por la peor ola de incendios en décadas.
-Nos enteramos ya navegando y nuestro mensaje es de amor y apoyo, esperamos llegar al continente pronto y sumarnos a la ayuda, sé que es doloroso y complejo pero hay algo que nos hace únicos como chilenos es la persistencia y una capacidad de sobreponernos a todo.
-Más allá de la hazaña deportiva, el objetivo del desafío era alertar sobre los riesgos de la emergencia climática y la necesidad de preservar los océanos ¿Por qué es tan importante cuidar ese mar por el que nadas como una sirena de hielo?
-Antártica es el corazón del planeta y no lo difundimos lo suficiente, el cambió climático y las altas concentraciones de CO2 causan estragos en sus hielos que al derretirse cambiarán definitivamente la densidad del océano. Que sus temperaturas aumenten cambia el PH del agua y afecta directamente microorganismos que son el alimento de la fauna, la cual migra hacia el sur en un ciclo irreversible. Argentina y Chile tienen una oportunidad única de alzar la voz y abogar por la creación de áreas marinas protegidas en el Océano Antártico.
-En estos días… ¿Cuál ha sido el momento más difícil y que es lo que te ha dado ánimo para superarlo?
-«Lo más difícil creo que ha sido adaptarnos a la navegación, el mareo constante por el mar de Drake, y el entrenar en seco aún sintiéndome mal, creo que ha sido clave el ambiente de la dotación del buque y cómo nos han acogido junto a mi equipo. Estar acá es un privilegio y este fue mi sueño durante 10 años. Estaba muy nerviosa pero sabía que esos 2,5 kilómetros me llamaban».
-¿Qué sentías cuando estabas en el agua? ¿Cómo se concentra uno para seguir avanzando en aguas tan heladas?
-Antes de saltar al agua me dije: ¡vamos que se puede! Nado sin trajes de neopreno, sólo con un traje de baño normal así que me focalicé en mi equipo, en que Jorge y Melisa me cuidaban. Peleé esa milla y luego pasar el récord. Ya sentía el corazón frío y las piernas las dejé de sentir a los cinco minutos de entrar al agua. El propósito siempre debe ser mayor que cualquier dolor o duda, estaba tranquila sabía que me cuidarían en la recuperación donde llegué a tener 27°C de temperatura corporal.
-¿Cuál es tu próximo reto?
-En tan sólo dos semanas voy por mi sexto Océano en Nueva Zelanda un cruce de 27 kms entre las islas.
-¿Qué mensaje le enviarías a las generaciones futuras?
-«De amor y conexión con la naturaleza, de que busquen a través de su pasión cuidar nuestro medioambiente e inspirar a otros, que sepan que absolutamente nada es imposible para la determinación y el esfuerzo si hacen de la persistencia un estilo de vida».
-¿Te gustaría competir con un delfín o una ballena?
-Creo que la naturaleza y su fauna es única y excepcional, no busco competir contra su fauna, sólo protegerla y admirarla, los humanos necesitan un sentido de superioridad física o moral cuando lo cierto es que sólo a través de la humildad y la conexión con nuestra vulnerabilidad llegaremos a proteger lo que creemos propio por derecho.






