La Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA) anunció que revisará 31 regulaciones, muchas de ellas relacionadas con gases contaminantes, lo que ha deparado la condena de distintas organizaciones.
El administrador de la EPA, Lee Zeldin anunció el miércoles que se llevarán acabo «31 acciones históricas» en términos de eliminar o cambiar regulaciones ambientales que afectan a la industria de los hidrocarburos o a la generación eléctrica en EE.UU. en línea con las políticas energéticas del Gobierno del presidente Donald Trump, que retornó al poder en enero.
Uno de los apartados, titulado ‘Desatando la energía estadounidense’, recién presentado por la EPA indica que se reconsiderarán regulaciones que afectan a centrales eléctricas, incluyendo las de carbón, a la industria del petróleo y el gas o a la necesidad de reportar emisiones de gases de efecto invernadero, reseña la agencia EFE.
Los expertos han subrayado a su vez la importancia de una medida incluida en otro apartado de revisiones destinadas a «Rebajar el costo de la vida para las familias estadounidenses», que pretende volver a evaluar el llamado dictamen de peligro, establecido por la EPA en 2009.
Ese dictamen estableció que seis gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera terrestre, como el dióxido de carbono o el óxido nitroso, que son emitidos por los motores de combustión de los coches, son un riesgo para la salud.
«Estamos apuñalando en el corazón a la religión del cambio climático y marcando el comienzo de la Edad de Oro de Estados Unidos», escribió el propio Zeldin en un artículo de opinión publicado por el The Wall Street Journal coincidiendo con el anuncio.
Organizaciones sin ánimo de lucro que buscan proteger el medioambiente han denunciado la batería de medidas, que se cree que podría tardar años en implementarse.
El anuncio “podría poner en peligro la salud de millones de estadounidenses y es contrario a la misión fundamental de la EPA: proteger la salud humana y el medio ambiente”, ha denunciado en un comunicado la ONG estadounidense Clean Air Task Force, que considera que “la ciencia es clara: las regulaciones bajo la Ley de Aire Limpio son fundamentales para proteger a nuestras comunidades».