Mide unos 3 metros de altura y 6 de longitud y no tiene señales de combate o daños provocados por depredadores, sino evidencias de artritis, lo que indica que llegó a una avanzada edad
El esqueleto más completo y mejor conservado de un dinosaurio ‘Stegosaurus‘ que vivió hace 150 millones de años se subastará en la casa Sotheby’s de Nueva York el próximo 17 de julio, con un precio de salida entre cuatro y seis millones de dólares.
Según informó este miércoles Sotheby’s, se trata del «mejor espécimen» de este reconocible dinosaurio que sale a subasta. Además, la institución ha colaborado con el propietario desde su descubrimiento hace dos años en Colorado (EE.UU.), la primera asociación de este tipo.
El ‘stegosaurus‘ es un dinosaurio herbívoro de finales del período Jurásico con el lomo arqueado y la columna coronada por unas espinas que van desde la cabeza hasta la cola.
El espécimen a subasta, apodado ‘Apex’, mide unos 3 metros de altura y 6 de longitud y no tiene señales de combate o daños provocados por depredadores, sino evidencias de artritis, lo que indica que llegó a una avanzada edad, indica un comunicado.
Sotheby’s tiene un amplio historial de venta de fósiles de dinosaurios desde que en 1997 fue la primera casa en ofrecer un esqueleto completo, el famoso Tiranosaurus Rex ‘Sue’, que se vendió por 8,36 millones de dólares y puede verse en el museo Field de Chicago.
Recientemente, esta institución vendió el esqueleto completo de un Gorgosaurus, pariente del Tiranosaurio Rex, por más de 6 millones de dólares, y también por un precio similar vendió una calavera del depredador rey, mientras que en Christie’s, casa rival, se han conseguido recaudaciones mayores.
En Christie’s, un esqueleto de dinosaurio ‘Deinonychus’ se vendió este año por 12,4 millones, aunque por debajo del récord para un fósil, que ostenta desde 2020, cuando vendió un T-Rex completo, apodado ‘Stan’, por 31,8 millones de dólares.
En las últimas décadas, los fósiles de dinosaurio han ido apareciendo en subastas con precios cada vez más altos para preocupación de los paleontólogos, que reivindican que su lugar está en los centros de investigación y no en las colecciones privadas.