«Este ha sido un año muy movido». Las primeras palabras de Érika Ramos -psicoterapeuta gestalt, profesora de la cátedra de psicología del teatro, psicodramatista y arteterapeuta con mandalas- son reveladoras. Y apuntan hacia lo que sigue. «Si nos vamos a la numerología, es un año nueve, porque 2025 es 2 + 2 +5. Ese nueve habla de cierres de ciclo, que es sentarte, ver lo que viviste, cómo lo viviste, hasta dónde sí y hasta dónde no». Es importante ver lo aprendido, lo que no debe volver a pasar, los ajustes. «Un cierre de ciclo es muy amplio. Cerrar un ciclo es cerrar una puerta, y ver qué estás dejando, y qué aprovechaste, y qué aprendiste».
En lo económico hay que ver qué adaptaciones son necesarias, porque la economía no debe manejarse «como vaya viniendo, vamos viendo». Ramos remarca que las finanzas se estudian, y que nadie puede permitirse no tener un balance de ingresos y egresos, o no ver cómo se mejoran los ingresos. «Vivir sin conciencia no funciona». A lo mejor hay golpes de suerte, pero así no se organiza la cotidianidad.

El año ha demostrado «que la familia es importante», y que aunque no haya un «amorochamiento», las personas pueden quererse y acompañarse mucho, refiere.
Los días que restan de 2025 «son para sentarte a ver cómo estuviste en tus finanzas, en el campo profesional, cómo estuvo el área amorosa y de amistades, la familia. ¿Cuántos espacios te diste para ti, para tu salud financiera, para tu salud amorosa? Es como una empresa que, al final de un ciclo, hace un balance general».
El 2025 hay que cerrarlo "con mucha conciencia de lo vivido, de lo aprendido" y con "conciencia plena de lo que sí y de lo que no", subraya la psicoterapeuta Érika Ramos. Ella propone que ese cierre se haga por escrito, y de ser posible, en la naturaleza https://t.co/j5yJ88nWQx pic.twitter.com/T58RUHDtu0
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Para poner punto final al 2025 se puede escribir, porque escribir «permite enfocar, concretar y darle forma real a lo que quieres ver». Hacerlo en un espacio natural es de gran ayuda. El contacto con la naturaleza «nos reconecta con nosotros mismos, llámese parque, playa, montaña, y nos ayuda a estar en el aquí y en el ahora».
Ramos es defensora del uso de las velas, que puede dedicarse a un ser superior si la persona cree en su existencia, o ser empleada como vía para la concentración. «Incluso, hablar con la vela, que permite conectarse con lo que quiero y con lo que no quiero» porque «las respuestas están dentro de nosotros, y ¿cómo las vamos a encontrar si hay demasiado ruido mental y ambiental?».

Preguntas clave en el área financiera: «¿Qué ajustes voy a hacer? ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar, a cambiar, a enmendar? Porque la enmienda viene de nosotros mismos: no hay salvador que te dé respuestas». En lo social: «¿Tienes una red de apoyo? ¿Tienes a quién acudir? ¿Hay una red social en tu vida?». En lo personal: «¿Cuántos espacios te diste para la salud mental? ¿Tienes espacios de meditación? ¿Hacer ejercicio?». En el amor: «¿Cuántos espacios procuraste de verdadera conexión con la pareja, con la familia, con los padres?».
Para empezar 2026 con buen pie debemos saber "qué estamos dejando atrás" y que queremos realmente para el año "con metas realizables" y mes por mes, propone la psicoterapeuta Érika Ramos https://t.co/j5yJ88np0Z pic.twitter.com/775rcQX2bP
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Hasta el 31 de diciembre «es tiempo de cierres», aclara la terapeuta y docente. En 2026 «es año 1», que «es para liderar desde lo que me gusta, desde lo que aprendí a golpe y porrazo, viendo qué aprendí y qué me quedó». Se trata de hacer lo que nos gusta, disfrutando, bien pensado, «no a lo loco». Es «cómo voy a brillar en 2026 desde lo que me gusta, desde la pasión que le voy a poner a lo que hago».






