El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, encabezó este jueves una sesión del Consejo Nacional por la Soberanía y la Paz, donde denunció las campañas internacionales que, según afirmó, buscan deslegitimar al pueblo venezolano y justificar agresiones contra la República.
Rodríguez subrayó que la verdadera paz no puede confundirse con sumisión: “No queremos la paz de los esclavos, no queremos la paz de los arrodillados. Queremos la paz que nos legó Simón Bolívar: la paz en libertad, con independencia y con soberanía”, expresó.
Durante su intervención, destacó las aportaciones de distintos voceros en el Consejo, a quienes calificó como miradas “prismáticas” que convergen en la defensa de la nación. Recordó que Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del planeta y rechazó los intentos de actores externos de cuestionar la propiedad de esos recursos.
El parlamentario también alertó sobre el impacto de las redes sociales en la difusión de desinformación, citando el ejemplo de debates pseudocientíficos como el terraplanismo: “Este Consejo debe insistir en la defensa de la verdad para la acción constructiva, porque ya queda claro cuál es el verdadero objetivo de quienes nos agreden”, señaló.
Rodríguez desestimó acusaciones sobre supuestos vínculos de Venezuela con el narcotráfico y recordó que solo un 3% de las drogas que circulan en la región transitan por territorios cercanos al país. En contraste, responsabilizó a las farmacéuticas estadounidenses de la crisis de adicción al fentanilo, comparándola con la histórica imposición del opio en China.
Asimismo, rechazó declaraciones que califican a los migrantes venezolanos como “plaga” o “criminales”, advirtiendo que tales discursos buscan “la aniquilación del ser venezolano” y evocan peligrosos precedentes históricos de discriminación.
“Nosotros somos orgullosos, valientes, rebeldes. Esa condición humana es la que quieren destruir, porque no les es útil al hegemón imperial”, concluyó Rodríguez.
La sesión del Consejo Nacional por la Soberanía y la Paz cerró con un llamado a fortalecer la unidad nacional frente a lo que se describió como una doble amenaza: la apropiación de las riquezas naturales y la deshumanización del pueblo venezolano.






