En un día dedicado a los hijos de los trabajadores de la Universidad Santa María se transformó el evento Santa Express del pasado jueves 4 de diciembre, en el que la comunidad universitaria de esta casa de estudios compartió entre juguetes, música y entretenimiento.
“Me vine a divertir y los hice” dijo uno de los hijos de una de las trabajadoras del personal obrero con una caja de juguetes en su mano mientras con su sonrisa parecía tratar de abrirse paso entre el papel de regalo y el carro que se escondía como su regalo.
La decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Tina Bonviccini, destacó el espíritu de equipo entre profesores y estudiantes que organizaron el evento.
“No es solamente la academia, es también generar esa empatía y calor humano entre los miembros de la comunidad universitaria”, destacó la decana.
Otro de los que se sumó al evento de manera entusiasta fue el director de la Escuela de Comunicación de la USM, Ángel Silva, quien señaló que el Santa Express fue “una manifestación de gratitud y hay que vincularlo con la sensibilidad de la acción social”.
“Queremos ser la voz de los que no tienen voz. Esta iniciativa de darle a los niños un juguete habla muy bien de los alumnos, porque la academia que no está consustanciada con la sensibilidad social no merece llamarse academia”, sentenció Silva.
Agregó que la conexión entre alumnos profesores y trabajadores de todas las áreas es una forma de construir una sociedad de forma integrada y hacia ese norte apunta la formación en la USM.
“Apostamos por la formación de ciudadanos capaces de asumir los retos de hoy y que nos permitan transformar la sociedad con conocimientos, compromiso, ética y responsabilidad”, dijo Silva y mientras se apuraba a integrarse a las actividades del Santa Express.

En medio de los gritos de los niños que se divertían pintando, jugando a probar su puntería embocando pelotas en una cesta, o saltando en una cama elástica, conversamos con algunos trabajadores que agradecían el evento.
“Es un gesto demasiado bello”, decía visiblemente emocionada la responsable del equipo de limpieza de la USM, quien con su hijo iba de un lado a otro pues el pequeño se divertía en cada estación organizada por los alumnos de la cátedra Marketing de Eventos, dirigida por la profesora Nohemí Villasmil.
Pinta carita, un Santa -barrigón y todo- con una “esposa de Santa” que mostraba una sonrisa que refrescaba los ojos de quienes se tropezaban con ella, son apenas una muestra de lo que se observó.
Mientras unos estudiantes se subían a una tarima para dar información de lo que sucedía, el resto se veía activo cubriendo cada una de las tareas que desde fuera se podían observar: llevar los tequeños para que los invitados comieran, ajustar los globos de la decoración, mover el hielo que enfriaba el agua y las maltas de que fueron donadas por los patrocinantes y hasta servir de animadores para las actividades de los niños.
No podía faltar la música y uno de los miembros de la comunidad universitaria tomo el micrófono y mostró sus habilidades en el oficio de cantar con interpretaciones frescas y afinadas que animaron a bailar a más de uno.
Como invitada especial estuvo Annaé Torrealba, quien puso sobre el ambiente un manojo de canciones que hicieron convivir la tradición navideña con la esencia de los venezolanos. Se despidió con un “pajarillo” en homenaje a nuestra identidad.
En medio de esta tormenta de actividades logramos hablar con Nohemí Villasmil, la profesora que promovió la realización del evento quien definió a Santa Express como “un momento unidad, de familia”.
Para referirse a la conexión que existió entre alumnos, profesores y los trabajadores con sus hijos dijo, en forma metafórica, que “solo existe una estrella de Belén y si todos caminamos hacia ella, se puede lograr que todos lleguemos a superarnos con el conocimiento, la solidaridad y la empatía”.
Como ya describimos había una fiesta y dentro de ella unos seres vestidos con una franela azul que la hacían posible. Parecían abejas trabajando acompasadas y logramos hablar con cuatro de las abejas reinas que dirigieron buena parte de la estrategia del evento.
Había dos Orianas: Aellos y Miranda, quienes mostraban satisfacción con los resultados.
“La idea fue darles una experiencia especial a los niños de los trabajadores y a toda comunidad más allá de todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor”, dijo Oriana Aellos.
Por su parte Oriana Miranda señaló que “el Santa Express fue un proceso largo que logró sacarle una sonrisa los niños”.
“Más allá de lo académico esto es un encuentro muy bonito en función de darle a los niños alegrías y que nos hallamos encontrado trabajadores, estudiantes y profesores ha sido muy interesante”, dijo la bachillera Valentina De Gouveia.
Ya cerrando el evento hablamos con Elíbany Rodríguez, quien también fue parte de esa madeja de esfuerzos que definió como “alegría”.
“El Santa Express ha sido alegría porque los niños, que eran los protagonistas, lo disfrutaron. Logramos imponernos a los obstáculos al clima y eso ha sido lo importante”, dijo Rodríguez.

Así dejamos atrás a un montón de muchachos que, luego de cerrado el evento, debió dedicarse a recoger y asear el espacio para así culminar con broche de oro una actividad, que, si bien formó parte de sus obligaciones académicas, terminó siendo acción social en beneficio dela comunidad universitaria de la Universidad Santa María.






