Invertir en un clima estable, ecosistemas saludables y un planeta libre de contaminación podría generar billones de dólares en Producto Interno Bruto (PIB) mundial adicional, evitar millones de muertes prematuras y sacar a cientos de millones de personas de la pobreza y el hambre, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El informe, titulado “Perspectivas del medio ambiente Mundial. Séptima Edición: El Futuro que Elegimos” (GEO-7, en inglés), se publicó este martes en la VII Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente (UNEA-7), principal órgano de toma de decisiones ambientales del mundo, en Nairobi, capital de Kenia.
El estudio, fruto del trabajo de 287 científicos multidisciplinarios de 82 países, advierte que los modelos actuales de desarrollo económico y social están llevando al planeta hacia un futuro devastado por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación, con un costo ya estimado en billones de dólares anuales para las economías y la salud de la población.
Entre el 20% y 40% de las tierras cultivables están degradadas, afectan a más de 3.000 millones de personas, y un millón de especies -de las ocho millones estimadas- ya están amenazadas de extinción.
Frente a esa situación, el GEO-7 plantea adoptar un enfoque de transformación de sistemas, que abarque la economía y las finanzas, los materiales y residuos, la energía, la alimentación y el medio ambiente, con beneficios macroeconómicos globales de unos 20 billones de dólares anuales para 2070 y ganancias de unos 100 billones para final de siglo.
Ese enfoque permitiría elevar a casi 200 millones el número de personas que salgan del hambre y más de 100 millones superarían la pobreza extrema.
El informe propone dos caminos: uno basado en cambios de comportamiento para reducir el consumo material, y otro centrado en el desarrollo tecnológico y el consumo eficiente.
Ambos necesitan una inversión anual de unos 8 billones de dólares hasta 2050 para lograr emisiones netas cero y proteger la biodiversidad, una cifra inferior al costo económico de la inacción, según la agencia de la ONU, que tiene sede central en Nairobi.
El documento subraya la necesidad de integrar el conocimiento indígena y local para asegurar transiciones justas que combinen sostenibilidad ambiental y bienestar humano.
“El GEO-7 ofrece una elección clara para la humanidad: continuar por el camino que lleva a un planeta devastado o cambiar de dirección para asegurar un planeta, personas y economías saludables. No es realmente una elección”, afirmó la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
La ONU reconoce avances en materia medioambiental como la eliminación de casi todas las sustancias que agotan la capa de ozono, la expansión de áreas protegidas, la mejora en la calidad del aire en algunas regiones y la creciente cobertura de energías renovables.
“No olvidemos que el mundo ya ha avanzado mucho: desde acuerdos globales sobre cambio climático, naturaleza, tierras y biodiversidad, hasta cambios en el mundo real en la creciente industria de energías renovables, la cobertura global de áreas protegidas y la eliminación progresiva de químicos tóxicos”, añadió Andersen.
Sin embargo, el PNUMA alerta de que estos logros son insuficientes frente a la magnitud de la crisis ambiental, ya que si se mantiene el modelo actual de desarrollo la temperatura global media superará los 1,5 °C para 2030, alcanzará los 2 °C en la década de 2040 y continuará aumentando, lo que podría reducir el PIB mundial hasta un 20% a finales de siglo.
“Si optamos por mantener el rumbo actual (…), el cambio climático reduciría el PIB mundial anual en un 4% para 2050, se cobraría muchas vidas y aumentaría la migración forzada”, sostuvo la directora del PNUMA.
Andersen añadió que sólo la contaminación causaría cuatro millones de muertes prematuras al año y el incremento de residuos sólidos, que ya superan los 2.000 millones de toneladas anuales, se duplicarían y transformarían el planeta en un “vertedero tóxico”.






