El Gobierno británico anunció este martes que dejará de compartir información de inteligencia con Estados Unidos sobre embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el Caribe, en rechazo a los recientes ataques militares estadounidenses en la región, que han dejado un saldo de 76 fallecidos.
Según reportó CNN, la suspensión de las operaciones de inteligencia comenzó hace más de un mes y responde a la decisión del Reino Unido de no ser “cómplice” de las acciones militares de Washington. Durante años, Londres había colaborado con Estados Unidos en la localización de embarcaciones sospechosas, gracias a las bases de inteligencia que mantiene en varios territorios caribeños bajo su control.
Ruptura en la cooperación bilateral
De acuerdo con medios internacionales como La Opinión y La República, el Reino Unido considera que los ataques estadounidenses contra presuntos buques de narcotráfico son “ilegales”, lo que motivó la suspensión del intercambio de información. La medida representa una ruptura significativa en la relación de inteligencia entre ambos países, tradicionalmente aliados en operaciones de seguridad y defensa.
Contexto de la decisión
- Bases británicas en el Caribe: Londres ha mantenido presencia estratégica en territorios como las Islas Vírgenes Británicas, Montserrat y las Islas Caimán, desde donde apoyaba operaciones de vigilancia marítima.
- Colaboración histórica: La cooperación permitía a la Guardia Costera estadounidense interceptar embarcaciones vinculadas al narcotráfico.
- Cambio de postura: Con la nueva decisión, el Reino Unido dejará de participar en estas operaciones, marcando un giro en su política de seguridad regional.
Reacciones
Hasta el momento, el Gobierno de Estados Unidos no ha emitido comentarios oficiales sobre la suspensión. Analistas internacionales consideran que la medida podría afectar la efectividad de las operaciones antidrogas en el Caribe y tensar aún más las relaciones bilaterales en materia de defensa.
La decisión británica se produce en un contexto de creciente tensión en el Caribe, donde las operaciones militares estadounidenses han sido cuestionadas por su impacto en la población civil y por la falta de coordinación con aliados regionales.






