América Latina posee condiciones excepcionales para convertirse en un referente mundial en el mercado de carbono, afirmó el docente y consultor en energías renovables Juan Pablo Agudelo Silva durante una entrevista en el programa Reporte ASG de Fedecámaras Radio. El especialista comparó a la región con una “selección ganadora” en el ámbito climático global, gracias a sus ventajas geográficas, climáticas y de biodiversidad.
El mercado de carbono es un sistema de comercio donde se compran y venden créditos que representan una tonelada de dióxido de carbono (CO₂) equivalente reducida, eliminada o evitada. Su objetivo es ponerle precio a las emisiones contaminantes para incentivar su reducción y financiar proyectos de mitigación climática.
Agudelo destacó que países como Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil y Guyana tienen las mejores condiciones para liderar este mercado. Entre los factores clave mencionó:
- Clima favorable todo el año, sin estaciones marcadas, lo que facilita el desarrollo de proyectos sostenibles.
- Alta biodiversidad, ya que la mayoría de los países suramericanos figuran entre los más diversos del planeta, lo que amplía las oportunidades para iniciativas de conservación y compensación.
Actualmente, el mercado de carbono en América Latina es predominantemente voluntario, lo que significa que las empresas deciden libremente si miden y compensan su huella de carbono. Esto contrasta con países como España o Alemania, donde la compensación está regulada y es obligatoria.
Agudelo subrayó que para capitalizar este potencial, es necesario impulsar una integración regional en áreas como innovación, política pública, tecnología, conservación y justicia social. También resaltó que la compra de bonos de carbono no solo tiene impacto ambiental, sino que contribuye directamente al desarrollo social y cultural de comunidades vulnerables, al ser financiadas por el sector privado como parte de sus estrategias de compensación.
Según el diagnóstico publicado por la Iniciativa Latinoamericana y del Caribe para el Mercado de Carbono (ILACC), el interés por estos mecanismos ha crecido en la región, especialmente en el contexto de los compromisos climáticos asumidos por gobiernos y empresas tras la pandemia. La descarbonización se ha convertido en un eje estratégico para la transformación económica sostenible.






