Este 19 de octubre, Venezuela celebra un hito espiritual sin precedentes: la canonización de la madre Carmen Elena Rendiles Martínez, convirtiéndose en la primera mujer venezolana elevada a los altares por la Iglesia Católica.
Nacida en Caracas el 11 de agosto de 1903, Carmen Rendiles dedicó su vida al servicio religioso como fundadora de las Siervas de Jesús, una congregación que se convirtió en faro de fe y caridad en el país. Su vida estuvo marcada por la entrega silenciosa, la devoción profunda y una espiritualidad que trascendió generaciones.
La canonización, presidida por el papa León XIV en la Plaza de San Pedro, no solo reconoce su legado religioso, sino también dos milagros que, según la Iglesia, ocurrieron por su intercesión divina. Estos hechos extraordinarios fueron investigados rigurosamente y se convirtieron en la prueba irrefutable de su santidad.
Primer milagro: La curación inexplicable de meningitis y encefalitis
El primer milagro ocurrió en 2018, cuando una joven caraqueña fue diagnosticada con meningitis y encefalitis, enfermedades que la dejaron en estado crítico. Los médicos no ofrecían esperanzas de recuperación, y la familia, desesperada, comenzó a rezar a la madre Carmen Rendiles. En medio de la incertidumbre, la joven comenzó a mostrar signos de mejoría que no podían explicarse médicamente. Su recuperación fue total y sin secuelas, lo que llevó a los especialistas a declarar el caso como científicamente inexplicable.
Este hecho fue presentado ante la Congregación para las Causas de los Santos, que tras una investigación exhaustiva, lo reconoció como milagro oficial, permitiendo la beatificación de la madre Carmen en 2018.
Segundo milagro: El despertar de Fabiola
El segundo milagro, más reciente y decisivo para su canonización, ocurrió en la parroquia María Madre del Redentor. Fabiola, una joven que había caído en estado vegetativo, despertó de manera repentina y sin explicación médica. Su madre, Gisela Obadía, relató que durante meses vivieron un calvario de angustia y fe, rezando incansablemente a la madre Carmen. Un día, sin previo aviso, Fabiola abrió los ojos y comenzó a hablar como si nada hubiera ocurrido.
Este despertar milagroso fue considerado por la Iglesia como una manifestación clara de intercesión divina. El testimonio de Gisela, junto con los informes médicos, fue clave para que el Vaticano aprobara el segundo milagro, requisito indispensable para la canonización.
La fe ante todo
Con estos dos milagros, la madre Carmen Rendiles no solo entra en el santoral católico, sino también en el corazón de millones de venezolanos que ven en ella un símbolo de esperanza, fe y fortaleza. Su canonización representa un momento de unión espiritual para el país, que celebra a una mujer que transformó el dolor en milagro y la fe en acción.






