Bajo los atardeceres de los fines de semana, los habitantes de la parte baja de la Parroquia La Vega tienen planes concretos para los viernes, sábados y domingos: disfrutar de la variedad gastronómica o de los diversos lugares de goce social que esta populosa barriada caraqueña ofrece.
Hablamos de aproximadamente cuatro cuadras de diversidad en puestos de comida y de establecimientos para tomarse un trago para así despejar la mente de las responsabilidades que tiene una persona entre semana.
Aquí disfruta desde el más pequeño de la casa hasta la persona de mayor edad de la familia. Y es que desde el sector La Zulia hasta Los Cangilones de la referida parroquia, se aprecia variedad para escoger qué comer y con qué hidratarse.

Contrapunto.com realizó un recorrido para conocer «en primera persona» la movida nocturna de esta barriada, algo considerado por varias personas como una “buena opción” al momento de buscar economía y de no gastar los ahorros.
Cachapas, pizzas, perro calientes, hamburguesas, pollo en brasa, pollo a la broaster, shawarmas, empanadas, club house, parrillas, arepas, salchipapas y hasta bollitos de chicharrón son algunas de las opciones que se aprecian en el recorrido buscando alternativas para saciar el hambre. Esta variedad incrementa al ver opciones como fresas con crema, helados y frappé disponibles para comer.
“Este es nuestro plan fijo de todos los sábados o algunos viernes. Siempre venimos para acá a comer helados y pasarla bien”, manifestó la joven Alondra Martínez quien aún vestía su chemisse beige, motivada por cursar el último año del liceo.
“Siempre vengo para acá a comer pollo a la broaster, así sea una o dos veces por mes para no comer arepas en la casa”; mencionó Ana Ruidiaz entre risas en el local “Johannes Burguer”. “Cuando no venimos todos como familia, mi esposo lleva alguna que otra cosa y cenamos en la casa”, agregó acompañada de sus dos hijos.
Los precios varían. Se puede conseguir perros calientes desde 1 dólar, cahapas con queso 3 x $5, empanadas a 1 dólar, pollo a la broaster a partir de los 5 dólares, pizzas desde 10 dólares, parrillas en $9, hamburguesas en 4 dólares, salchipapas desde el equivalente a 3 dólares.

Si de locales nocturnos se trata, en La Vega existen por lo menos cuatro lugares en donde las personas asisten a tomarse un trago y «echar un pie» durante la noche. Hablamos de «La Acera Alta», «La Tasquita de Luis», «El Punto del Son», «Supermercado El Pinguino» y «Kara».
En los tres primeros, los fiesteros se quedan hasta altas horas de la madrugada, mientras que en el resto de los locales de venta de licores, las personas pueden beber hasta aproximadamente las 12 de la medianoche.

«Prefiero quedarme aquí en la parroquia y no ir a una discoteca donde seguramente voy a gastar mucho dinero (…) Las promociones en cervezas las disfruto cada semana», mencionó José Luis Tovar cuando brindaba con otros dos amigos.
«Con lo que compro un servicio de licor en un local por Las Mercedes, aquí puedo comprar hasta cuatro botellas. Además, no gasto dinero en taxi», destacó Juan López.
El horario de «disfrute» en estos locales nocturnos se puede extender hasta las 12 de la medianoche. Habitantes aseguran que después de las 10:00 P. M. transitan patrullas policiales por el lugar para exigir a los locales bajar la santamaría de sus negocios y detener la venta de alcohol.


Los vecinos: algunos disfrutan, otros ven una oportunidad
La movida nocturna de esta barriada es una oportunidad para los residentes de la zona. Algunos vecinos aprovechan esto para recurrir a la venta de chucherías, hielo y alguna otra bebida que pueda suplir a los comercios de comida que se quedan sin jugos y refrescos. La señora Marta Rodríguez ve esto como una gran ocasión para comerciar refrescos de 1 y 2 litros, maltas pequeñas y también cigarros para las personas que fuman “cuando están enfiestados”.
Nazareth García, por su parte, siempre ha vendido hielo. Asegura que al llegar los fines de semana las ventas aumentan de manera significativa por todas las personas que llegan a la zona a consumir licor. Cada unidad la vende entre 30 y 50 bolívares, depende del tamaño. Destaca que por donde vive muy pocas personas despachan hielo y por eso tiene ganancias con estas ventas.
“Me va muy bien porque soy la que vende hielo, ya me conocen (…) Este dinerito que hago con el hielo es un ingreso adicional de lo que es mi salario”, dijo.
Los perros calientes es la comida rápida más común y preferida por la mayoría de las personas. Leonardo Picón, perrero de la zona, enfatizó que desde que lleva adelante su negocio, siempre tiene una evaluación favorable de las ventas del fin de semana.
Con humildad, indicó que desconoce si es quien mejor los prepara en la calle Zulia, pero que cada día del fin de semana vende más de 30 “perritos calientes normales”.
“Gracias a Dios me va bien con este carrito (de perros calientes). Es un trabajito que da buenos dividendos y eso que solo te hablo de los perros (calientes). Espero que esto se mantenga así y pueda seguir ganándome la vida aquí”, dijo.


Llegar hasta el lugar donde se describe todo esto no es complicado. Las personas que no sean de La Vega sólo tienen que abordar una camioneta desde la redoma de La India, la estación de metro La Paz o desde El Paraíso. Todas conducen hasta la calle Zulia, ninguna se desvía.







