Con la consigna de “los precios de alimentos, nos tienen descontentos”, gremios y sindicalistas de distintos sectores del país manifestaron este martes 23 de septiembre para denunciar la crisis salarial que “se agrava” con el transcurrir de los días con la subida del dólar cotizado por el Banco Central de Venezuela (BCV).
Desde la Universidad Central de Venezuela, Margot Monasterio, integrante del Sindicato de Empleados del Hospital Universitario de Caracas y de la Coalición Sindical Nacional de Trabajadores, subrayó que el venezolano actualmente tiene “una vida miserable”, puesto que tiene que hacer magia para sobrevivir con 130 bolívares al mes.
“No podemos ni pagar pasajes. ¿Cómo puede el venezolano tratar de sobrevivir con 130 bolívares?”, se preguntó Monasterio al tiempo que añadió que todo trabajador del sector público hace “milagros y camina cabizbajo” para su subsistencia.
“Somos tan resilientes que hacemos hasta lo imposible por sobrevivir. Tenemos una emergencia agravada de alimentos, ropa, calzados, salud, educación”, sentenció.

Omar Aguirre, quien es profesor de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y miembro del grupo Proderechos humanos de la UCV, llamó a todo el sector universitario a «unir fuerzas» y mantener las exigencias a la administración de Maduro para así «salvar la institucionalidad» que, sostuvo, «se ha perdido».
Manifestó su rechazo por la falta de coherencia que, aseguró, se evidencia en las autoridades de la UCV ante sus reclamos al Ejecutivo. A su juicio, señaló que los representantes de la institución universitaria «le lleva el juego» al Gobierno y no son contundentes al momento de denunciar.
«Nuestros representantes tienen una realidad diferente a lo que estamos viviendo, parece que se le sigue o se le lleva el juego al Gobierno y hace falta más fortaleza y mayor coherencia y claridad en las propuestas que nosotros como universitarios debemos de plantearle al Gobierno de turno», expresó.

«Nosotros no tenemos la oportunidad de alimentarnos»
Jesús Jaramillo, representante del gremio de jubilados y pensionados, lamentó de manera profunda la condición «de indigencia» que viven las personas de la tercera edad en el país. Sumó que el salario para los pensionados son 0,68 bolívares mensuales que no les permite comprar ningún tipo de proteínas para alimentarse.
«Un kilo de carne, por decirte algo, una proteína, está en 15 dólares, esa es la realidad. Nosotros no tenemos oportunidad de alimentarnos», sostuvo al tiempo que enfatizó que las bolsas CLAP «no reúne los requerimientos mínimos proteicos».
«Nos mantenemos en pie de lucha en la calle, porque nosotros sabemos que más tarde que temprano vamos a lograr salir de esta pesadilla», finalizó.







