La viuda del opositor ruso Alexei Navalny, Yulia Navalnaya, reiteró este miércoles que su esposo fue asesinado, al revelar que material biológico del político logró ser trasladado clandestinamente al extranjero en 2024 y analizado por laboratorios de dos países distintos, los cuales habrían concluido que Navalny fue envenenado.
La declaración fue difundida a través de un video publicado en la red social X, donde Navalnaya aseguró que los análisis realizados fuera de Rusia confirmaron la hipótesis que ha sostenido desde la muerte de su esposo. “Estos laboratorios de dos países diferentes llegaron a la misma conclusión: Alexéi fue asesinado. Más específicamente, fue envenenado”, afirmó, sin precisar el tipo de sustancia detectada.
Navalny falleció el 16 de febrero de 2024, a los 47 años, mientras cumplía condena en una prisión de alta seguridad ubicada en el Círculo Polar Ártico. Su muerte fue reportada como “repentina” por las autoridades penitenciarias rusas, y posteriormente atribuida por investigadores oficiales a una “combinación de enfermedades”, versión que Navalnaya ha rechazado públicamente.
El Kremlin ha calificado las acusaciones de asesinato como “absurdas”, mientras que medios internacionales y organizaciones de derechos humanos han exigido investigaciones independientes sobre las circunstancias del fallecimiento.
Evaluaciones contradictorias
Según reportes del Wall Street Journal, agencias de inteligencia estadounidenses han determinado que el presidente ruso Vladimir Putin no ordenó directamente el asesinato de Navalny. Sin embargo, no se ha descartado la posibilidad de que su muerte esté relacionada con condiciones carcelarias extremas o negligencia médica.
Navalny, considerado el líder más visible de la oposición rusa, había sobrevivido a un intento de envenenamiento en 2020 con el agente neurotóxico Novichok, según análisis realizados en Alemania. Tras recuperarse, regresó a Rusia en 2021, donde fue arrestado y posteriormente condenado por cargos que sus aliados calificaron como políticamente motivados.
La muerte de Navalny dejó a la oposición rusa sin su figura más carismática y con creciente presión internacional sobre el gobierno de Moscú. Diversos gobiernos occidentales han solicitado transparencia en el caso y garantías para los derechos humanos de los presos políticos en Rusia.






