El gobierno de Maduro despliega 2.500 efectivos en ejercicios que buscan mostrar fuerza frente a la presencia naval estadounidense
Venezuela anunció el inicio de las maniobras militares Caribe Soberano 200, un despliegue de gran escala en la isla de La Orchila, ubicada a 160 kilómetros de la costa continental. El operativo, que se extenderá durante tres días, moviliza a más de 2.500 soldados e incluye operaciones conjuntas de tierra, aire y mar. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, aseguró que el objetivo es «probar y fortalecer las capacidades defensivas de la nación».
La iniciativa llega en un momento de máxima tensión con Estados Unidos, tras el reciente despliegue de buques de guerra norteamericanos en aguas del Caribe. Caracas ha denunciado ese movimiento como una amenaza directa a su soberanía y una maniobra destinada a desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro. Desde Washington, en cambio, se insiste en que las operaciones buscan combatir el narcotráfico y garantizar la seguridad marítima en la región.
Los ejercicios incluyen operaciones anfibias, prácticas de desembarco, empleo de sistemas antiaéreos, guerra electrónica, drones, submarinos y artillería pesada. La Armada venezolana participa con buques de superficie y embarcaciones menores, mientras que la aviación militar realiza vuelos de intercepción y patrullaje. Según Defensa, estas prácticas buscan «simular escenarios de defensa integral» frente a posibles incursiones extranjeras.
La elección de La Orchila no es casual. La isla funciona como zona militar estratégica y ha sido utilizada tanto como base de operaciones como residencia temporal presidencial. Con apenas 43 km², su valor geopolítico reside en la posibilidad de proyectar fuerza hacia el Caribe y controlar rutas marítimas clave. Este enclave refuerza el mensaje de Caracas de que no permitirá intromisiones en su espacio territorial.






