La Red Decide instó a construir una unidad nacional que pueda ser sostenible y que no engañe de nuevo al pueblo venezolano con la creación de falsas expectativas.
«Como confirma la evidencia histórica, el camino de la violencia política, lejos de ofrecer
soluciones perdurables al conflicto, suele prolongarlo y multiplicar las complicaciones y peligros
para la población civil, la principal afectada. A su vez, profundiza la polarización, aleja cualquier
posibilidad de solución política, cancela los abordajes y remedios de fondo y de largo aliento que requieren las crisis complejas», subraya el pronunciamiento.
Este es el documento completo:
*POR UNA SOLUCION VENEZOLANA A PROBLEMAS VENEZOLANOS*
La situación política, social y económica de Venezuela pasa por momentos cada vez más
complejos. Algo que debe llamar a una urgente reflexión, pues es la venezolana y el venezolano
quienes viven y sufren el impacto del conflicto político en su cotidianidad.
El clima de crispación se ha agudizado luego de que el 28/07/2024 el CNE proclamara un
ganador de la elección presidencial sin mostrar resultados que respaldasen el anuncio con el
nivel de desagregación de datos que exige la ley; una anomalía que marcó una transgresión
institucional decisiva y que persistió durante todo el reciente ciclo electoral. El malestar y la
incertidumbre no resueltos hoy se hacen especialmente evidentes gracias al intercambio en
redes sociales, a la desinformación y la propaganda. Vemos allí el socavamiento de un espacio
público que debería servir para debatir temas nacionales, para escucharnos con la mayor
amplitud posible a fin de discutir y presentar propuestas que aborden la crisis. Hoy, más que
nunca, deliberar para resolver los graves problemas que nos afectan exige compromiso con la
sensatez, con el sentido de la realidad, con la consciencia de nación y el coraje político para
tomar posiciones, sean populares o no.
Estas consideraciones adquieren relevancia en el marco de la serie de medidas que contra el
crimen trasnacional ha venido anunciando el gobierno de los EE. UU., y que podrían involucrar
operaciones de alto impacto en Latinoamérica. La narrativa de la “solución externa” que alimenta
nuevamente el fantasma de la intervención militar en Venezuela no puede ser ignorada por las
graves implicaciones que entraña, incluyendo su uso como excusa por parte de quienes
detentan el poder en Venezuela para justificar la asfixia del espacio cívico y la represión contra
militantes políticos y activistas sociales. La red DECIDE rechaza planteamientos y acciones
vinculados a esa retórica guerrerista, su instrumentalización tanto para producir zozobra interna
como para la persecución de la disidencia interna, el irregular aumento de las aprehensiones por
razones políticas y la negación de garantías procesales a los detenidos; así como cualquier
manifestación de violencia política en Venezuela.
Como confirma la evidencia histórica, el camino de la violencia política, lejos de ofrecer
soluciones perdurables al conflicto, suele prolongarlo y multiplicar las complicaciones y peligros
para la población civil, la principal afectada. A su vez, profundiza la polarización, aleja cualquier
posibilidad de solución política, cancela los abordajes y remedios de fondo y de largo aliento que
requieren las crisis complejas.
Nuestro país tiene por lo menos un cuarto de siglo inmerso en una dinámica perversa, cuyo
altísimo precio ha pagado y paga el pueblo de Venezuela. Insistimos por ello en la
responsabilidad del discurso y la acción política. En vez de contribuir con el forjamiento de
expectativas poco realistas, lo que procede es la contención, el debate, el coraje para fijar
posiciones y ofrecer argumentos al público. Si lo que se pretende es abrir caminos hacia una solución democrática para Venezuela y alejarnos de la destructiva senda del autoritarismo, no
podemos pasar por alto la pluralidad de visiones, ni pretender uniformar los pensamientos o
ignorar la legítima aspiración de que seamos los venezolanos los encargados de gestionar
nuestros asuntos y destinos. Si bien los apoyos de buena voluntad de otros países son valiosos y
bienvenidos, dicha acción debe ajustarse a la necesidad de coadyuvar; no imponiendo una
solución, sino promoviendo las condiciones para producir una alternancia en los tres niveles de
gobierno avalada por los votantes y no por factores externos.
En tal sentido, se requiere una interlocución nacional e internacional constructiva y respetuosa
de los límites. Una que no puede estar por encima de los esfuerzos propios, ni bloquear la
autonomía de los ciudadanos, ni subestimar su participación como agentes con capacidad para
pensar, actuar, acordar y elegir razonablemente.
Preocupados por el tono y la intencionalidad de mensajes que hoy se amplifican sin reparar en
consecuencias, el llamado de la red DECIDE es a asumir un debate público y crítico que ofrezca
argumentos al ciudadano, no motivos para la fantasía y la consecuente desesperanza. Los
problemas complejos no admiten respuestas simples. Es fundamental establecer criterios
consensuados respecto a cómo los venezolanos imaginamos el camino para que la constitución
de 1999 sea lo que norme efectivamente la vida nacional, y que no haya violaciones en su
nombre. Eso y no la imposición unilateral debería ser el punto de partida para construir una
unidad nacional con bases reales, que sea sostenible y que no defraude, nuevamente, al pueblo
de Venezuela.






