El Fondo Monetario Internacional (FMI) celebró este lunes la «sólida resiliencia» de la economía de Arabia Saudí frente a las crisis externas, impulsada por la diversificación y el crecimiento del producto interior bruto (PIB) no petrolero, además de una tasa de desempleo que ha alcanzado «mínimos históricos».
El organismo dijo en un comunicado que, a medida que avanza su diversificación económica, el país árabe logró un crecimiento del 4,5% del PIB real no petrolero -impulsado por el comercio minorista, la hostelería y la construcción- en su objetivo de deshacerse de la dependencia de la venta de crudo.
Ese crecimiento compensó una caída del 4,4% del PIB petrolero debido a los recortes de producción de la OPEP+, que se mantuvieron en 9 millones barriles diarios (mbpd). Eso también moderó el crecimiento económico general saudí al 2%.
«Ahora se proyecta que el crecimiento del PIB real se acelerará al 3,6% en 2025 y al 3,9% en 2026, apoyado por la continua eliminación gradual de los recortes de producción de la OPEP+», dijo en una rueda de prensa telemática el jefe de la misión para Arabia Saudí del FMI, Amine Mati.
Además, el experto celebró que la inflación se mantuvo contenida y que el desempleo alcanzó «un mínimo histórico» del 3,5% en 2024, mientras que el paro juvenil y femenino se han visto reducidos a la mitad en los últimos cuatro años.
Ante el debilitamiento de los precios del crudo -el barril se sitúa en unos 60 dólares-, la gran demanda interna y los megaproyectos, impulsados por el Gobierno saudí, mantendrán el crecimiento no petrolero por encima del 3,5% a medio plazo, según el FMI, algo que refleja la implementación de la Visión 2030 del país.
Sin embargo, estos multimillonarios proyectos, que han provocado que a su vez haya más demandas para préstamos, necesitan «mayor claridad» en cuanto a sus objetivos de gasto para generar más confianza en los organismos multilaterales de crédito e inversores internacionales, de acuerdo con Mati.
Con todo, el FMI proyecta que el PIB real se acelere hasta el 3,9% para 2026, impulsado por la eliminación gradual de los recortes de producción de la OPEP+ y la reducción de los subsidios al combustible, un ahorro que podría suponer mayores beneficios que se podrían utilizar para financiar los presupuestos generales.
«Las perspectivas a corto plazo afrontan riesgos a la baja, como una menor demanda de petróleo, debido a las tensiones comerciales mundiales, un menor gasto público y riesgos de seguridad regional que podrían afectar la confianza de los inversores», añadió el FMI.
El organismo afirmó que una mayor producción de crudo o inversiones adicionales vinculadas a la Visión 2030 también impulsarían el crecimiento económico del reino árabe, que en la última década ha dirigido sus esfuerzos a reducir la dependencia del petróleo como su principal fuente de ingresos.
Información de EFE






