La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario grave que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente mujeres jóvenes. Se caracteriza por episodios de ingesta compulsiva de alimentos seguidos de conductas compensatorias como el vómito autoinducido, el uso de laxantes o el ejercicio extremo. Aunque muchas veces se oculta tras una apariencia física “normal”, sus consecuencias pueden ser devastadoras para la salud física y mental.
Pero ¿Qué es la bulimia?
Según la Mayo Clinic, la bulimia implica una pérdida de control sobre la alimentación, seguida de intentos por eliminar las calorías ingeridas de forma poco saludable. Las personas con bulimia suelen tener una imagen corporal distorsionada y una autoestima profundamente afectada.
La Dra. Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz de Madrid, advierte: “Seguimos en un contexto social en el que la ideología no ha cambiado, y las chicas siguen estando sometidas a una imagen de perfección asociada a la delgadez extrema”.
Causas y factores de riesgo
Aunque no existe una causa única, los expertos coinciden en que la bulimia es el resultado de una combinación de factores genéticos, emocionales, sociales y culturales. La presión por cumplir con estándares de belleza irreales, la baja autoestima y experiencias traumáticas pueden contribuir a su aparición.
La Dra. Rosa Calvo, del Servicio de Psiquiatría del mismo hospital, señala: “Nuestra sociedad ha eliminado la emoción negativa, y la comida sirve muchas veces, tanto la restricción alimentaria como el atracón, para anular el sentir”.
Consecuencias físicas y psicológicas
Las complicaciones de la bulimia pueden incluir:
-Erosión dental por el ácido del vómito
-Deshidratación y desequilibrio electrolítico
-Problemas gastrointestinales y cardíacos
-Depresión, ansiedad y riesgo de suicidio
Además, expertos aseguran que la bulimia puede derivar en aislamiento social y dificultades en las relaciones interpersonales.
Tratamiento: un enfoque multidisciplinario
El tratamiento de la bulimia requiere una combinación de psicoterapia, educación nutricional y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser especialmente eficaz para modificar los patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con la alimentación.
La Dra. Gómez Candela enfatiza: “El tratamiento de los trastornos alimentarios es psicológico y nutricional; no se debe seguir ninguna de estas terapias por separado”.
Prevención y conciencia
La prevención pasa por promover una imagen corporal positiva, evitar las dietas restrictivas y fomentar hábitos alimentarios saludables desde la infancia. También es crucial hablar abiertamente sobre los trastornos alimentarios para romper el estigma que los rodea.
La Dra. Calvo recomienda: “Lo que más previene frente al trastorno alimentario es la capacidad de ser flexible cognitivamente; es decir, de ponernos en el lugar del otro, de entender la vida de muchas formas”.
Con información de Clínica Mayo






