Desde las primeras horas de su nuevo período presidencial, que inició hace 4 días, Donald Trump se ha referido en diversas oportunidades al destino del sector energético de Estados Unidos, así como su relación con otras naciones y organizaciones centradas en este rubro. El aumento de su producción nacional y el posible cese de comercialización con la industria petrolera venezolana han sido puntos clave a través de los que el nuevo presidente estadounidense busca «fundamentalmente, revitalizar el sentimiento nacionalista norteamericano».
Esa es la interpretación que hace el diputado a la Asamblea Nacional (AN), William Rodríguez.
«Realmente, los anuncios en el área de energía hechos por Trump son anuncios más efectistas que efectivos«, aseveró Rodríguez en entrevista para Contrapunto.com, quien además sostiene que la aspiración de que Estados Unidos alcance niveles productivos que le permitan no solo autoabastecerse, sino también exportar crudo tiene bajas probabilidades de concretarse: «Realmente las posibilidades de eso son muy bajas».
El miembro de la Comisión Permanente de Energía y Petróleo de la AN estima que lo que podría aplicar la nueva gestión del gobierno estadounidense «es desregularizar todas las medidas ambientales que impiden que en algunas áreas importantes se produzca explotación petrolera para preservar el ambiente, preservar las especies y los ecosistemas; y darle rienda suelta al fracking (o fracturación hidráulica), con lo cual pueden llegar a autoabastecerse, pero no creo que logren exportar«.
Sin embargo, considera que estas medidas podrían contar con una duración inferior a los cinco años, «cuando máximo 10 años», por lo que cree que se trata de «anuncios de muy corto plazo, con efectos de muy corto plazo, que buscan fundamentalmente revitalizar el sentimiento nacionalista norteamericano».
En este sentido, Rodríguez señaló que con estas acciones, «realmente busca unir al pueblo norteamericano en lo que pudiéramos llamar ese esfuerzo por revitalizar el sentimiento para la inversión y la producción en Estados Unidos. Pero de aquí, a que eso suceda, hay una brecha enorme desde el punto de vista económico y de la realidad propia».
—¿Qué opina sobre las declaraciones de Donald Trump sobre la posibilidad de dejar de importar petróleo venezolano?
—Yo creo que Donald Trump está muy mal informado. Nosotros (Venezuela) no le estamos vendiendo petróleo a Estados Unidos, sino que le estamos entregando a Chevron aproximadamente 200.000 barriles diarios, en la producción que tienen con las cuatro empresas mixtas, junto a la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). De esa producción, apenas 80.000 barriles son de Chevron y 120.000 son de PDVSA, pero nosotros no le estamos vendiendo crudo a Estados Unidos.
Rodríguez señala que «asumiendo que Chevron está llevándose los 200.000 barriles y PDVSA le vende los 120.000 b/d a Estados Unidos, realmente es una cifra muy pequeña porque apenas llegaría a cubrir el 1% del consumo de petróleo de EEUU, que actualmente está rondando casi los 20 millones de barriles por día, aproximadamente 19,5 millones de barriles día, de los cuales ellos producen casi 14 y tienen que comprar en el mercado, casi 5 millones y medio o seis».
«Esa es la gran verdad. Desde la llegada del Comandante Hugo Chávez, que decidió no depender exclusivamente del mercado norteamericano, Petróleos de Venezuela fue diversificando sus mercados internacionales y eso es lo que nos tiene hoy en pie, porque de no haber sido así, Estados Unidos nos hubiese puesto de rodillas cuando implementaron las medidas unilaterales», manifestó.
—Entonces… ¿Cuál sería el papel de Venezuela respecto a la industria petrolera estadounidense?
—Actualmente, Estados Unidos está en una situación realmente compleja desde el punto de vista energético. Por primera vez, el pueblo norteamericano está pagando el litro de gasolina en un dólar, y cuando él (Trump) habla de bajar los precios, está hablando desde la contradicción, porque el fracking en EEUU por debajo de los 60 dólares ya no es rentable. Con esa baja rentabilidad pueden quebrar y cerrar numerosas empresas, de manera tal que para que el fracking pueda seguir funcionando, el precio del petróleo tiene que estar por encima de los 60 dólares. Así que eso de que él va a bajar el precio del petróleo no es viable y no tiene cómo hacerlo, porque no tiene suficiente producción para alcanzarlo.
En su análisis Rodríguez señala que según la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), en esta década «Estados Unidos consume todas sus reservas de petróleo. Ahí es donde Venezuela juega un papel estratégico y estelar, porque además de los 14 millones de barriles que ellos producen hoy, van a tener que voltearse y decir: ‘¿A quién le compramos los 20 millones de barriles que necesitamos a finales de esta década?’ O 21 millones, o 22, si la demanda sigue creciendo, como todo indica y como la OPEP ha previsto, hasta el 2045«.
«Allí es donde Venezuela sí juega un papel estratégico, porque si nos levantaran las medidas coercitivas unilaterales hoy, nosotros este año pasamos los dos millones de barriles, pudiendo cumplir en un período de 3 o 4 años, lo que había programado el presidente Chávez en el 2012 de pasar a producir entre 5 y 6 millones b/d», sentencia Rodríguez.
Agrega que Estados Unidos está «en una situación compleja, mientras que Venezuela tiene la infraestructura para alcanzar esa producción, porque tiene muchos años trabajándola y construyéndola. Y si hablamos del gas, cabe mencionar que Venezuela ha ido alcanzando algunos niveles importantes de desarrollo con las alianzas que está construyendo ahora. Esto le puede dar un impulso considerable, si logramos traer el barco para certificar nuestras reservas en toda nuestra fachada del Caribe y del Esequibo, Venezuela va a ocupar el cuarto o quinto lugar fácilmente en las reservas mundiales de gas.
—En el caso de Chevron: ¿Qué representaría para Venezuela una eventual revocación de las licencias?
—En el caso venezolano, yo creo que Trump va a hacer el ridículo si decide quitarle la licencia a Chevron, porque nosotros lo que le vamos a decir es: ‘Tú no puedes seguir operando en Venezuela, porque no tienes licencia, pero nosotros vamos a seguir operando las empresas mixtas que tú tienes y le vamos a vender ese crudo a quien nos lo quiera comprar, a China, a India, o a quien se le ocurra comprarlo. Porque el petróleo venezolano es muy rico para la producción de asfaltos, de manera tal que es algo en lo cual ya Pdvsa ha construido los mecanismos para que no nos sigan haciendo tanto daño las medidas coercitivas. La producción de petróleo de Venezuela está ya en el orden de un millón 50.000 barriles.
—¿Cree que a Trump le preocupe la posición de EEUU respecto al petróleo venezolano?
—Creo que hay que tener mucho cuidado con los nombramientos que ha hecho Donald Trump. Hay tres o cuatro funcionarios que tienen una posición antivenezolana muy marcada, en especial Marco Rubio, y creo que se va a jugar su destino político con Venezuela, porque él quiere ser presidente y quiere ser el relevo de Donald Trump, para ello, va a necesitar una victoria política y una victoria militar.
Rodríguez sostiene que «Venezuela tiene que estar muy alerta desde el punto de vista de la seguridad de la Nación, porque no es un problema simplemente de que ‘bueno, los gringos no me quieren’; es un problema que pone en peligro la soberanía nacional».
«¿Por qué yo hago esta afirmación tan dura? Porque cuando uno revisa las actuaciones en la última década de Estados Unidos militarmente en Medio Oriente, ha perdido el discurso de que quiere defender la democracia, los derechos humanos y de que está a favor de las poblaciones de los países», sostuvo el diputado de la bancada oficialista.
«Si lo evalúas, puedes ver que Libia hoy es un país que desapareció, aunque era la nación con el mayor desarrollo humano del Medio Oriente, y es ahora un país en guerra. Lo único que no ha desaparecido son los intereses norteamericanos en la explotación de sus recursos. Sucede lo mismo con Irak, y… ¿qué va a ser de Siria? Bueno, Siria va a ser un país que va a desaparecer igual», alerta en su análisis el dirigente político.
William Rodríguez insiste en que Venezuela podría correr con la misma suerte de los países mencionados, ya que, a su juicio, EEUU podría estarse planteando la posibilidad de «desaparecer a Venezuela» ya que «es una política de Estados Unidos en relación con sus intereses. Todo aquel país que tenga un mínimo de fortaleza, que tenga recursos y que no crean en el mundo unipolar es considerado un enemigo».
En este sentido, considera que la Ejecutivo estadounidense puede plantearse la posibilidad de «dividir a Venezuela para darle una parte a Colombia, una parte a Guyana, una a Brasil y dejarle un pedazo a su lacayo en Venezuela; de manera que está en juego también la preservación de este país como una referencia histórica».
Finalmente, el parlamentario reiteró que el panorama actual de EEUU «no es muy halagador», a menos que «logre restablecer el poderío económico del aparato productor de Estados Unidos, que técnicamente migró a China, donde produce todo».
Es por ello que «debemos ver el discurso de Trump más como un discurso para reanimar al pueblo norteamericano, que como un discurso que va a concretar realidades», concluyó.