Algunas cosas varían, pero otras no cambian. Este 15 de enero es el Día del Maestro y las condiciones en las que las y los docentes llegan a esta conmemoración en poco difiere de la situación de años anteriores: sin contrato colectivo vigente, con bajos salarios y la tentación de la migración
Aunque no tienen alas ni capa, las maestras y los maestros venezolanos son héroes y heroínas que mantienen en pie el sistema educativo del país. Tampoco tienen varita mágica, pero hay que ver cómo cambian vidas y cómo convierten el barro en un milagro cotidiano. Este 15 de enero es el Día del Maestro en Venezuela y estas son cinco claves para entenderlos.
1)La vocación ante todo. No es precisamente un salario base de 500 bolívares al mes (menos de 10 dólares), al que se suman los bonos, lo que hace que se levanten de madrugada para estar tempranito en el salón, o que inventen experimentos para el nuevo reto científico solicitado por el Ministerio de Educación. Hay una convicción muy profunda que hace que se paren frente al pizarrón todos los días a enseñar a pensar a los muchachos que los escuchan. Carlos, por ejemplo, pudo ser abogado u odontólogo, como lo ordenaba la tradición familiar, y decidió ser maestro de escuela. ¿Por qué? Por un llamado interior. Y no se arrepiente.
2)La necesidad obliga. Sin embargo, maestras y maestros venezolanos se encuentran con una realidad: no pueden vivir de su oficio. Como lo registran los gremios educativos, se han marchado de la docencia, o se han retirado del país para engrosar las listas de millones de migrantes.
El déficit actual podría ser de unos 250 mil docentes, calcula el investigador Tulio Ramírez con base en las cifras de algunos gremios. La explicación se encuentra, en gran parte, en el ingreso que perciben: «Un maestro venezolano gana, en el mejor de los casos, 18 dólares mensuales, siendo el salario más bajo en toda América Latina. El tema salarial se agrava si se le agrega que la Canasta Básica Familiar en Venezuela para agosto de 2024 estaba en 539 dólares, cifra aportada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS-FVM)», precisó Ramírez en un trabajo para Polítika UCAB.
El número de interesados en la carrera docente se ha ido reduciendo. En la UPEL, la UCAB y la UCV la matrícula pasó de unos 110 mil estudiantes en 2008, a 40 mil en 2023, refirió Ramírez.
3)Contrato pendiente. El presidente de Sinvema-Caracas, Edgar Machado, subrayó que seguirán en la lucha «por la firma de un contrato digno para los docentes y unidades educativas en buenas condiciones, full de docentes y estudiantes».
Hace cinco meses se detallaba, en el boletín Informativo Docente, que el último contrato colectivo para el sector se firmó en abril de 2018. «Esta situación ha generado una serie de problemas para los docentes, incluyendo bajos salarios, falta de beneficios y seguridad social, lo que ha conducido a una creciente inestabilidad en el sector educativo», alertó el gremio.
4)Calidad educativa. La suma de condiciones como el llamado «horario mosaico» (asistencia del maestro a la escuela dos o tres veces por semana debido al bajo salario), los problemas del hogar y el contexto socioeconómico han afectado la calidad de la educación. Y no se puede tapar el sol con un dedo.
Estudiantes de educación media tienen cada vez menos competencias y calificaciones de menos de 10, mostró un informe del Sistema de Evaluación de Conocimientos en Línea correspondiente al año escolar 2021-2022, citado por VOA en 2022.
5)Un acuerdo por ellos. Desde hace varios años distintos voceros del sector educativo han llamado a un acuerdo nacional, o un pacto, por la educación. Es decir, a que más allá de las diferencias políticas se logren puntos comunes de avance.
En cuanto a los ingresos como parte de ese acuerdo, la presidenta de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), Carmen Teresa Márquez, ha propuesto salarios de 300 a 400 dólares al mes para los docentes, a fin de que puedan cubrir sus necesidades básicas y no deban saltar de un lado a otro para obtener un ingreso regular.