Venezuela abogó este lunes por una «resolución pacífica», sin injerencia externa ni violencia, en Siria, tras la caída del régimen de Bachar al Asad -aliado del Gobierno del presidente Nicolás Maduro- y la llegada al poder de los islamistas y fuerzas rebeldes en el país árabe.
En un comunicado publicado por la Cancillería, el Ejecutivo venezolano dijo que «sigue con atención los acontecimientos» en Siria, donde espera que el pueblo «pueda encontrar un camino hacia la resolución pacífica de sus diferencias, sin la injerencia externa ni el uso de la violencia como mecanismo para abordar los conflictos políticos».
Venezuela «reitera su compromiso con la preservación de la unidad territorial de Siria, así como la defensa de su soberanía, independencia y respeto absoluto de los valores consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, haciendo especial énfasis en la preservación de los derechos civiles, políticos y humanos de toda su población, sin distinción alguna», reza el texto.
El Gobierno de Maduro -que en junio se solidarizó con «el hermano presidente» Al Asad tras una orden de detención emitida por un tribunal francés- reafirmó hoy su «solidaridad con el pueblo sirio en este momento crucial».
Asimismo, exhortó a la comunidad internacional a promover soluciones que «contribuyan a la paz, erradiquen la violencia y el terrorismo, y construyan vías de desarrollo integral» en la nación árabe.
La Siria de la familia Al Asad, que gobernó el país desde 1971, colapsó este domingo a manos de los insurgentes liderados por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que tomaron Damasco sin apenas resistencia tras apenas 12 días de ofensiva.
Información de EFE






