Fereteatro, grupo escénico de la ciudad de Caracas, presenta desde este jueves su séptimo montaje, “El infiernito”, dirigido por Tomás Arturo Martín, en los espacios del Trasnocho Cultural.
La historia narra la vida de unos hermanos, Katy y Josué, quienes no son muy sociables, viven en una casa aislada junto a su madre, a quien le descubren una grave enfermedad, por lo que estos jóvenes deben salir a un mundo en el que no saben desenvolverse solos.
En una de esos momentos de desesperación, a la hermana se le ocurre una idea terrible y arriesgada que podría salvar a su madre, pero también abriría las puertas de sus propios infiernos.
El desarrollo de la puesta en escena guarda relación con una vivencia personal del director, quien tenía a su padre sumido en una enfermedad, lo que llevó a la familia a sumergirse en diferentes complicaciones durante ese período, desatando, los infiernos de cada uno.
«El Infiernito está dentro de cada uno, porque uno ve gente que sonríe, pero cada uno tiene sus alegrías y tristezas metidas en el pecho y esto es lo que busca emanar la obra. Si bien es una tragedia, es bastante simpática, no es pesada y tampoco trata de aleccionar al público que la vaya a disfrutar», expresó Marín en exclusiva para Contrapunto.
El elenco de “El infiernito” está conformado por Valeria Figueroa, Gustavo Lamar, Mariana López, Fernando Vieira y Daniel Ruiz.
Lamar interpreta a Josué, a quien describe como un adolescente que le ha costado crecer en la vida por toda la situación que ha vivido con su madre y la represión a la que somete a ambos.
«Tiene que salir al mundo con las pocas herramientas que tiene, sin estudios, sin trato con su entorno, desconoce lo que es el mundo real, y eso lo obliga a emanar lo más profundo de su corazón, infundado por las actitudes también de su hermana», comentó el actor con relación a su personaje.
Para Lamar, es una obra interesante porque mantiene el estilo clásico del drama y la tragedia, con personajes que no son superficiales y con un mensaje de que todas las personas al final lidian con sus propios fantasmas sin exponerlo al mundo exterior.
Marín invita a ver esta pieza de su autoría al ser una «montaña rusa de emociones», en la que predomina la tragedia, y puede ser digerida por cualquiera que asista a la sala, dirigida principalmente a jóvenes, pero no deja atrás al público de todas las edades, porque al final, cada quien tiene sus situaciones y se pueden sentir identificados.
También aborda temas como la pobreza, la ruptura familiar frente a una situación en específico sin importar el país en que se encuentren y cómo las personas usan sus recursos para salir de sus problemas.
«Es una obra que se ha trabajado bastante, que va a llegar no solamente a los jóvenes, también a los padres y también tiene un toque de ternura, con un lado humano que deja una reflexión sobre el desenvolvimiento de cada ser humano dentro de la sociedad», destacó el director.
La pieza se presentará desde este viernes 15 de noviembre hasta el domingo 17 del mismo mes, a las 4:30 de la tarde y las entradas pueden adquirirse en las taquillas del teatro o a través de la página de Ticketmundo.