A partir de los 40 grados «el cuerpo puede tener dificultades con sus mecanismos regulatorios», señaló
El calor puede afectar especialmente a las personas con enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes, por lo que es recomendable beber agua en abundancia, subrayó Maritza Durán, expresidenta de la Sociedad Venezolana de Medicina Interna.
En Venezuela «hay casi 7 millones de personas con hipertensión», que deben estar muy pendientes. «El calor puede causar vasodilatación, lo que puede hacer que la tensión baje, pero eso es temporal», con síntomas como mareos y fatigas, y luego puede haber un rebote acotó en entrevista con Unión Radio.
«Es muy importante que la persona hipertensa se siga tomando su tratamiento», mida la presión arterial y que su médico decida si hay que hacer o no algún ajuste. Recomendó evitar caminar en horas del mediodía. «Lo más importante es que la persona no tome decisiones sin consultar con su médico».
Las personas con diabetes -12,3% de la población adulta, o unas 2 millones de personas- pueden deshidratarse por el calor, lo que altera las cifras de glucosa, acotó. «Tener sed, cambios de estado de conciencia, mareo, confusión son signo de que algo está pasando», dijo. Durán recomendó evitar el consumo de alcohol, porque aumenta el riesgo de deshidratación, y guardar la insulina en refrigeración. Por otra parte, hay que mantener la piel «hidratada, sin fisuras, sin hongos».
Si hace frío «hay vasoconstricción» para que el cuerpo entre en calor, y si hace calor «hay vasodilatación» para «facilitar que el calor se disipe del cuerpo».
Al ser consultada acerca de la prevalencia de diabetes e hipertensión, apuntó: «Datos oficiales no se han publicado últimamente».