Electores y vecinos se organizaron para que el proceso fluyera en el Colegio Yale de Los Ruices y la Escuela Técnica Popular Don Bosco
Una sudada y agotada Carolina Rangel estaba este domingo 28 de julio, poco después de las 12 del mediodía, cerca de la entrada de la Escuela Técnica Popular Don Bosco, en Los Ruices. «Estuve desde las 11 de la noche haciendo cola, pero todo chévere», aseguró.
La gente pasó la noche compartiendo, y la mañana los sorprendió con un centro de votación repleto. «No es la primera vez que lo hago. Ya sabemos cómo es todo», relató Rangel.
A las 5:30 am buscó a sus padres, adultos mayores, para que pudieran sufragar. Más de tres horas después, lograron su cometido. «Salimos a las 8:52 de la mañana. Salimos rapidísimo».
Bajo el sol que cayó como plomo sobre Caracas, las filas de electoras y electores solo crecían. «Las máquinas de votación funcionaron perfecto en la mañana, pero después hubo como una ‘operación morrocoy’. Se informó que las máquinas 9 y la 3 estaban lentas, que se quedaban pegadas».
Féliz Díaz parecía un funcionario del CNE o un efectivo del Plan República. Pero ni lo uno, ni lo otro. «Estoy desde las 4 de la mañana», contó. «Me encontré con un gentío, un desorden, un total caos. Poco a poco hemos tratado de resolver los problemas que se han suscitado». Ese caos, precisó, «se debía a la mala organización, porque la gente estaba aglomerada».
Al ver el desorden «los votantes organizamos las mesas, las colas, y este es el resultado». En minutos las electoras y los electores molestos lograron pasar la primera prueba en esta carrera: el portón de la entrada. Les quedaban otras. Pero ya estaban dentro.
«Toda mi vida he votado aquí. Este siempre ha sido un centro rápido. Ahora no sé qué está pasando», explicó Díaz. De las nueve mesas, dos abrieron a mitad de mañana, y este retraso lo pagaron los electores. De hecho, calcula que hasta las 12 del mediodía al menos siete personas se desmayaron.
En el Colegio Yale, en Colinas de Los Ruices, un equipo de protocolo se encargó de agilizar el proceso que los 2.500 electores pudieran sufragar en las tres mesas dispuestas para el proceso. Lisbeth Machado, integrante del grupo, puntualizó que la afluencia fue «bastante» pero «con la organización está fluyendo rápido».
Hubo cola en la mesa 1 «por problemas de huella», apuntó.
Machado indicó que, para este proceso, «tenemos más electores y menos mesas», por decisiones operativas del CNE que no fueron consultadas. Sin embargo, la decisión de sufragar pudo más que los obstáculos.