El recuento normal de espermatozoides oscila entre 15 y 200 millones por mililitro de semen, y los estudios han demostrado que un recuento inferior a 1 millón por mililitro es lo bastante bajo como para prevenir un embarazo
Tras décadas de intentos fallidos, investigadores afirman que por fin se está avanzando en el desarrollo de un método anticonceptivo reversible y de acción prolongada para hombres.
El producto experimental es un gel hormonal que los hombres se frotan en los hombros una vez al día. Con el tiempo, bloquea la producción de esperma en los testículos.
El gel ha sido desarrollado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y la organización sin ánimo de lucro Population Council, y sigue un planteamiento muy similar al de las píldoras anticonceptivas para mujeres.
Según el detalle de CNN, este medicamento utiliza dos hormonas: acetato de segesterona, una progestina, y testosterona, la hormona sexual masculina. El acetato de segesterona suprime la producción de testosterona en los testículos y, con ella, el desarrollo del esperma.
Pero la testosterona cumple muchas funciones en el organismo: es responsable del mantenimiento muscular y la líbido, por ejemplo, y los hombres necesitan un poco en su circulación para funcionar con normalidad. El gel reemplaza la suficiente para mantenerlos sanos, pero no tanta como para que produzcan suficiente esperma para dejar embarazada a alguien.
Los investigadores llevan formulando y perfeccionando la dosis y concentración del gel desde 2005. En esta última prueba, en la que participaron más de 300 parejas, creen haber acertado.
El recuento normal de espermatozoides oscila entre 15 y 200 millones por mililitro de semen, y los estudios han demostrado que un recuento inferior a 1 millón por mililitro es lo bastante bajo como para prevenir un embarazo.
En un ensayo clínico, el 86% de los hombres alcanzaron estos recuentos bajos a las 15 semanas de utilizar el gel. Para algunos funcionó incluso más rápido, suprimiendo la producción de esperma en un plazo de cuatro a ocho semanas.