Un 29 de mayo, en 1948, Rómulo Bethancourt declaró a uno de los árboles más hermosos de la geografía nacional, como Árbol Nacional y se incluyó dentro de los símbolos patrios
Entre los meses de abril y mayo un tono amarillo resplandeciente viste de color al territorio nacional. El Araguaney, guayacán, roble amarillo, cañahuate, zapatillo, zapito y tajibo ha hecho su magistral aparición.
Son pocos los días que las flores de color amarillo intenso adornan su fuerte roble, para luego caer como alfombras que engalanan el entorno.
Esa belleza fue reconocida por Rómulo Gallegos quien llamó a esta época de florecimiento, «la primavera de oro de los araguaneyes», en 1948.
Fue así, que el entonces Presidente de Venezuela, declaró al también conocido como Aravenei, como Árbol Nacional, incluyéndolo además dentro de los símbolos patrios.
Su madera es de las más duras que existe, su floración es masiva y sincronizada, lo que resulta atractivo para la abejas, consideradas el ser vivo más importante del planeta.