Macron señaló que «la energía más barata es la que no se consume» y reconoció que «hay que seguir aumentando las energías renovables»
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, abogó este jueves por «eficiencia, renovables y nuclear» como la mejor estrategia para descarbonizar el sistema energético y alcanzar los objetivos climáticos.
«El enfoque integral para conseguir esta agenda» para descarbonizar la economía «se basa en la eficiencia, las renovables y la energía nuclear», dijo Macron en su intervención en la primera Cumbre de la Energía Nuclear, convocada este jueves junto al icónico Atomium de Bruselas por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y Bélgica.
El presidente de Francia señaló que «la energía más barata es la que no se consume» y reconoció que «hay que seguir aumentando las energías renovables», pero llamó a no renunciar a la energía atómica, que genera la mayoría de la electricidad de Francia y apenas emite CO2.
«El todo renovable no es bueno, el todo nuclear no es bueno tampoco», agregó el presidente francés, quien dijo que «en los dos últimos años ha habido una revolución doctrinal en Europa» a propósito de la energía atómica y subrayó que ahora se construyen centrales de la «generación post-Fukushima» que son «mucho más seguras».
«Es una necesidad», dijo por su parte el director de la AIEA, Rafael Grossi, quien recordó que «la mitad de la energía limpia en Europa es nuclear», pese a la división sobre la materia, y señaló que «ha requerido 28 conferencias del clima de naciones unidas para reconocer que la energía nuclear es necesaria», como señala el texto adoptado en la COP28 de Dubái.
Grossi, que lamentó que en algunos países su financiación está incluso prohibida, subrayó que «la energía nuclear será parte de la solución» a las necesidades climáticas.
Por su parte, el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, dijo que el foro «no es una cumbre contra las renovables».
«Si queremos llegar a las cero emisiones en 2050 vamos a necesitar todas las energías, la renovable y la nuclear también», dijo el belga, cuyo país ha prorrogado diez años la vida de sus reactores más jóvenes y confía en la energía atómica para «acelerar el camino colectivo hacia la neutralidad climática».
Desde fuera de la Unión Europea, el viceprimer ministro de China, Zhang Guoping, señaló que «abordar el cambio climático y garantizar la seguridad energética es un reto común» y recordó que hay 55 centrales en funcionamiento y 36 en construcción «en el continente chino».
«Tenemos que avanzar en la gobernanza mundial de la energía nuclear (…), aumentar el apoyo técnico y los recursos a los países en desarrollo (…) y oponernos a cualquier politización del uso pacífico de la energía nuclear», dijo el responsable chino desplazado a Bruselas.
En cuanto a Japón, país que en 2011 registró el último gran accidente nuclear mundial, provocado por un tsunami en Fukushima, el viceministro parlamentario nipón de Asuntos Extranjeros, Masahiro Komura, dijo que Tokio «no escatimará esfuerzos a la hora de potenciar todo lo que tiene que ver con las centrales nucleares».
«Se pretende ampliar los períodos de operación y se plantea también la construcción de nuevos reactores», agregó Masahiro, quien recordó que su país «se compromete a potenciar la energía solar y la renovable» y al mismo tiempo «seguirá apoyándose en las lecciones que se derivaron del accidente de la central de Fukushima».