Una playa de aguas tibias y poco profundas es el marco perfecto para una variada gastronomía que incluye pescado «preñado», pescado «coronado», nuggets de pescado y otras especialidades
Aquí la canción Pa’Bravo yo debería tener otra letra: «Pa’brava yo». Porque en playa Valle Seco, en Barlovento, gobiernan las mujeres. Los quioscos de los prestadores de servicios turísticos, regentados en su mayoría por mujeres, prometen delicias para este Carnaval, y también, para Semana Santa y cualquier fin de semana o temporada. Ellas están claras en que la hospitalidad es lo primero. Por eso, al preguntarles hasta qué hora trabajan si hay visitantes, responden «hasta que el cuerpo aguante». Y se ríen.
Varias de ellas participan en el proyecto «Una Corona para la Reina», que adelanta la Fundación Ecológica Ecobrion para la conservación de la Laguna La Reina. El trabajo organizativo de Bárbara Ordóñez, presidenta de Ecobrion, las ha unido en una de las rutas ecoturísticas que ofrecen: la ruta etnogastronómica. Playa Valle Seco es la zona de transición del humedal marino-costero Laguna La Reina, recuerda Ordóñez.
En el restaurante Mi Cabaña Francia Jaramillo garantiza el pescado frito tradicional (de ocho dólares en adelante), camarones al ajillo y ceviche. La especialidad de la casa son las cestas de tostón rellenas. «Lo que no tenemos, lo inventamos», subraya.
En su quiosco Mamá Antonia la Negra Antonia tiene un plato especial para los visitantes: croquetas de guacuco y de jaiba. También ofrece el «pescado preñado»: medregal o lebranche relleno con tocineta, carne o pollo, camarones. «Todas esas cosas se le ponen», refiere. «Tengo muchos platos». Antonia trabaja desde las 6 de la mañana hasta la noche: «Tenemos que atenderlos» porque la idea «es que se sientan bien».
«Santia del mar» es el restaurante en el que Santia Jaramillo muestra lo mejor de su creatividad. Con los peces que ella misma pesca se encarga de preparar los nuggets de pescado y de inventar otros platillos. «Empezamos desde las 7 de la mañana» para darles a los turistas «una feliz bienvenida a nuestra playa».
El «pescado encoronado» es una de las especialidades del quiosco Exquisiteces Doña Encarnación. «¿Cómo vamos a trabajar? Con ganas», bromea Javier, esposo de Nelsi Jaspe.
«Yo, Irma Nieto, lo certifico: La mejor comida de Valle Seco es la de acá de Doña Encarnación», afirma. «Usted pida por esa boquita, que ellos se lo preparan. Es como para venir en Carnaval, en Semana Santa, en cualquier día». Nieto, procedente de Guarenas, asegura visitar la zona desde hace cuatro años. «Doy fe de que esta gente es trabajadora y son de los mejores de la zona».
Pescado frito, camarones rebozados, tostones «de los criollos», lebranche, hervidos y otras preparaciones ofrece Elide en su quiosco El sazón de la Negra Elide. «Hasta que el cuerpo aguante», promete.