La médica especialista en toxicología clínica, Banny Zelada dijo que: “el mercurio en la sangre materna se transmite directamente al feto. Y, por tanto, es importante bajar al máximo el nivel de exposición materna al metilmercurio durante el embarazo, consumiendo pescados con menos mercurio”
Expertas en salud pública han coincidido que las mujeres son especialmente vulnerables a los efectos del mercurio en su salud. El mercurio en la sangre materna se transmite directamente al feto en desarrollo a través de la placenta, y normalmente los niveles en la sangre del cordón umbilical son ligeramente superiores a los de la sangre de la madre. El desarrollo prenatal es la etapa más vulnerable en lo relativo a los efectos adversos del mercurio en el desarrollo neurológico a largo plazo, reseñó la institución.
Esta afirmación se dio en el contexto del Taller Salud pública, género y mercurio en comunidades de minería de oro artesanal y en pequeña escala que se realiza del 30 al 31 de enero, en La Paz, Bolivia, organizado en conjunto entre el Ministerio de Salud y Deportes, a través del Programa Nacional en Gestión en Salud Ambiental, y la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). El evento es posible gracias a Asuntos Globales Canadá y reúne a autoridades nacionales y expertos locales e internacionales.
Los participantes coincidieron que “el enfoque de género es importante, considerando que todas las personas están expuestas al mercurio, pero la mayor preocupación gira en torno de la exposición de las mujeres en edad reproductiva, ya que la vida prenatal, en especial el desarrollo del sistema nervioso central es afectado por niveles de exposición materna, incluso a niveles relativamente bajos”.
Se dijo que los déficits cognitivos resultantes de tales exposiciones, a nivel poblacional tienen impacto significativo en las generaciones futuras. Además, en general, las mujeres son responsables por toma de decisiones sobre alimentos en la familia, y en eso se incluye el pescado a ser consumido. Por el hecho de que la minería de oro artesanal y en pequeña escala (MAPE) es una actividad basada en el trabajo de la familia y/o en las cercanías de la residencia familiar, se reconoce que hay mujeres mineras también.
Sobre las mujeres en la minería del oro, María Araníbar de Cumbre del Sajama, una organización que cuenta con estudios sobre este tema, manifestó que las mujeres como mano de obra en la minería del oro se compone de dos grupos fundamentales: aquellas asociadas a cooperativas legalmente registradas en la organización, siendo propietarias de una cuota minera (acción), y la barranquilleras/bateadoras que trabajan de informales e independientes, que recogen el oro lavando las arenas de ríos y/o pozas de las cooperativas y que utilizan mercurio para recuperar el oro de los concentrados en condiciones precarias, utilizando la cocina y una cuchara, contaminando así su entorno familiar y afectando a su salud.
La médica especialista en toxicología clínica, Banny Zelada dijo que: “el mercurio en la sangre materna se transmite directamente al feto. Y, por tanto, es importante bajar al máximo el nivel de exposición materna al metilmercurio durante el embarazo, consumiendo pescados con menos mercurio”.