Las llamadas bebidas energizantes producen tolerancia, que se genera a partir de los 100 miligramos diarios de consumo de cafeína
Las bebidas energéticas son productos no alcohólicos que contienen sustancias estimulantes, muy consumidas por jóvenes y adultos. Su distribución en el mercado mundial está atada a la idea de que mejoran el rendimiento e incrementan la energía; sin embargo, la ciencia médica ha estudiado sus efectos negativos sobre la salud humana.
Recientemente en España surgieron nuevas propuestas para la regulación de estas bebidas, para proteger principalmente a los jóvenes de los graves efectos que tienen en la salud física y mental.
Un artículo, publicado en la revista digital The Conversation, explica que estas bebidas contienen altas dosis de cafeína, azúcar, taurina y otras sustancias adictivas “que producen dependencia y tolerancia, y, por lo tanto, un síndrome de abstinencia al reducir o eliminar su consumo”.
Agrega que “un consumo excesivo de esta sustancia estimulante conlleva importantes efectos negativos en la salud, como problemas cardiovasculares, endocrinos, digestivos, y de salud mental, como depresión, ansiedad o insomnio”.
Según datos de la encuesta sobre “Uso de drogas en enseñanzas secundarias en España” de 2023, el consumo de bebidas energéticas entre los jóvenes españoles es muy elevado, y muchos de ellos las combinan con alcohol, acción que puede aumentar el riesgo de intoxicación, deshidratación y problemas cardiovasculares.
Las llamadas bebidas energizantes producen tolerancia, que se genera a partir de los 100 miligramos diarios de consumo de cafeína. Una lata de 250 mililitros (ml) de estos productos contiene 80 miligramos de cafeína; mientras que las latas de 330 ml superan los 100.
Los expertos alertan que en el mercado mundial es común conseguir latas de medio litro que superan los 160 ml de cafeína. Si una persona consume dos latas en 24 horas sobrepasaría la dosis aguda de cafeína, generando mayor adicción y riesgos para su vida.
En este sentido, el artículo recomienda limitar el consumo de estas bebidas, altamente adictivas, -especialmente en menores de edad- para evitar padecer alguna enfermedad física y/o mental.