A su juicio, la intención de retomar la venta de energía eléctrica al país vecino se trata de una estrategia discursiva que pone en evidencia las buenas relaciones entre Lula da Silva y Nicolás Maduro, por lo que no ve posible una materialización del proyecto
Ante la noticia de los aparentes movimientos de integración entre Venezuela y Brasil en materia de energía, anunciados por el ministro de Minas y Energía brasileño, el presidente de la ONG Ciudadanía Sin Límites, Jesús Armas, indicó que Venezuela no se encuentra en capacidad para proveer electricidad al país vecino, principalmente por problemas con la infraestructura y profundas irregularidades en la transmisión interna.
Durante años, Venezuela vendió energía a Brasil, suministro que fue interrumpido en marzo de 2019, como parte del objetivo del gobierno de turno de ese país de alcanzar la independencia energética y cortar lazos políticos con Caracas. No obstante, con el cambio de gobernantes y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, Brasil tocó nuevamente la puerta a Venezuela para retomar la compra de energía eléctrica.
Frente a esta situación, el también autor de la revista Energía y Dignidad Humana explicó que el país no está en capacidad de vender la energía de Brasil desde antes del año 2019. Recordó que actualmente Venezuela no ha sido capaz de generar la suficiente electricidad para cubrir toda la demanda nacional, además de presentar “profundos problemas en el tema de la transmisión dentro del país”.
A su juicio, se trata de una estrategia discursiva que pone en evidencia las buenas relaciones entre los gobernantes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Venezuela, Nicolás Maduro, por lo que no ve posible una materialización del proyecto.
Sin embargo, ante la posibilidad de concretar esta negociación, Armas prevé que podría sostenerse únicamente en detrimento de la capacidad para poder transmitir electricidad a los hogares venezolanos.
Sostuvo que la capacidad de generación termoeléctrica en el país es casi nula: “En buena medida es por eso que en el occidente del país, que es la cola del sistema eléctrico nacional, se evidencian tantos apagones en Zulia, Táchira, Falcón (…) Aunque estos estados son los más afectados, esto no quiere decir que el resto del país no esté sufriendo”.
Detalló que como Venezuela depende en más de 90% del sistema Guri, el segundo cuerpo lacustre más grande del país y el que se está contemplando para el suministro energético de Brasil, si se elimina parte de la energía producida en dicha represa y se redirige hacia el estado brasilero de Roraima, afectará directamente a los venezolanos.
Esta posibilidad perjudicaría, en primera instancia, especialmente a los estados que se encuentran más alejados del Guri, que son fundamentalmente los ubicados al occidente del país, “pero eso no quiere decir que no se pueda ver afectado el resto”.
“Recordemos que es tanta la fragilidad que tiene el sistema eléctrico venezolano que quitarle carga pone en mayor riesgo su funcionamiento”, indicó al tiempo que destacó que pese a prever un año “bien importante”, se debe tomar en cuenta que Venezuela está a las puertas de observar la llegada del fenómeno El Niño, caracterizado por fuertes episodios de sequías, lo que afectaría la generación de energía.
Por lo tanto, infiere que “no es una buena idea” vender energía a Brasil en este momento.
Jesús Armas expresó que con la posible transferencia de recursos por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) destinados a un fondo fiduciario para la atención de cuestiones básicas a personas vulnerables en el país, se podrían invertir parte de estos recursos en la recuperación del sistema eléctrico nacional: “Pero eso es algo que tarda años en ejecutarse, y aunque la inclusión empezara mañana, no es algo que puede lograrse de un día para otro. La rehabilitación del sistema eléctrico es algo que tardaría años, pero más allá de eso, los recursos que se van a invertir a través de la negociación no son para nada suficientes”.
Por otro lado, también destacó que tras el levantamiento temporal de las sanciones estadounidenses a Venezuela, existe la posibilidad de que el país logre incrementar su producción petrolera en los próximos meses o años, por lo que la demanda energética interna se elevaría: “la industria petrolera tiene un alto consumo de energía eléctrica”.