El quintal debe pagarse entre 160 o 180 dólares pero se los pagan hasta en 110, denunció Gusmerlin Páez, directora nacional de café y cacao de Fedeagro
Caficultores de varios estados del país viajaron a Caracas este jueves 26 de octubre para hacer un conjunto de solicitudes al gobierno, solicitar que se respete el precio del quintal de café acordado en la Gaceta Oficial y advertir que la cosecha se va a perder debido a la escasez de gasoil en el campo venezolano.
«El café está muy barato y no alcanza para comprar abono, para pagar obreros» ni para comprar comida, detalló Marlene Rodríguez, caficultora de Humocaro Alto. Rodríguez, de 46 años de edad, asevera que ha dedicado al café «toda la vida».
Henry Pérez se trasladó desde el municipio Morán (Lara) para hacerse escuchar. «Venimos a exigirle al Estado venezolano las reivindicaciones de nuestro rubro», que se respeten los precios que se firmaron en una mesa técnica. «Ni en mi zona, ni en otras, se ha cumplido. Por eso hacemos un llamado al presidente de la República y a la señora Delcy Rodríguez para que tomen cartas en el asunto».
Gusmerlin Páez, directora nacional de café y cacao de Fedeagro, detalló que el quintal de café se debe pagar a 160 o 180 dólares, «y hoy se está pagando entre 110, 120 y 130 dólares el quintal». Los intermediarios «están comprando, ya que la industria está cerrada». Llamó al gobierno nacional para que apoye a los caficultores y hacer cumplir el precio de la Gaceta.
«Tenemos un grave problema con el combustible. Estamos en emergencia nacional. Estamos en 50% de la cosecha de café y no contamos con el combustible. Apenas el gobierno pudo apoyarnos con 10%, pero no es suficiente», alertó Páez.
Los cafetaleros tienen otros problemas, como la vialidad «terrible» en zonas como Chabasquén, Biscucuy, Guarico, Sanare y Humocaro Alto «Ingresar a nuestras fincas se nos hace muy difícil». También hay problemas con el servicio eléctrico, que no está disponible para las secadoras de café. «Es un llamado de emergencia al gobierno nacional», subrayó.
Según sus estimaciones el consumo de café ha caído en más de 80%.
«No queremos ver más en los anaqueles café Sello Rojo colombiano», demandó Pérez. «Tenemos que consumir nuestro propio café». Hay «competencia desleal y peligro de extinción de los caficultores». Aseguró que son miles de familias que corren peligro.