Organizaciones como el PCV y la APR se enfrentan a la dificultad de no tener tarjeta ni posibilidades de que el CNE les apruebe una
María Corina Machado, ungida por el voto popular, se erige no solo como la candidata presidencial de la Plataforma Unitaria, sino como el rostro de un nuevo liderazgo político. Machado podría ser calificada como una dirigente de centroderecha. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que se promueve como una organización de izquierda, tiene un presidente -el mandatario Nicolás Maduro- que posiblemente repetirá en la carrera por el Palacio de Miraflores. ¿Y qué pasa con la izquierda?
«Hemos dicho desde hace tiempo que la izquierda debe tener una candidatura propia, autónoma, vinculada con el movimiento popular; que sea expresión del movimiento popular, que sea la alternativa y el rechazo al programa neoliberal de Nicolás Maduro», refiere Rafael Uzcátegui, dirigente de la Alternativa Popular Revolucionaria (APR)-PPT.
Patria Para Todos fue objeto de una división dejó el partido en manos de los sectores más afines a Maduro.
Pedro Eusse, integrante del buró político del Partido Comunista de Venezuela (PCV), sostiene que el gobierno venezolano no es de izquierda, y señala que la mejor demostración de eso es su política laboral: «Se dedica a destruir la calidad de vida de las trabajadoras y los trabajadores. Por eso vamos a continuar realizando todas las acciones que nos permitan denunciar esta situación».
Eusse alega que el ejecutivo que lidera Maduro «es neoliberal», no es «nada revolucionario, ni socialista, ni que se le parezca; este es un gobierno capitalista de lo peor, neoliberal, y por eso es necesario luchar por derrotar al gobierno, derrotar su política y prepararnos para derrotar a otro gobierno, si viene, que venga con la misma orientación política y económica».
En el PCV «acabamos de realizar la 16 conferencia nacional, en la que acordamos adelantar un proceso de trabajo conjunto con fuerzas sociales y políticas revolucionarias, fuerzas que están al servicio de los intereses del pueblo trabajador, para construir un movimiento unitario electoral», detalla Eusse. Ese movimiento debe confrontar «a los factores del desastre nacional, que son el gobierno; y la derecha proimperialista que ha promovido en gran medida la situación que tenemos, y que, incluso, es cómplice, porque participa en gran medida en acuerdos con el gobierno».
Ya hay propuestas y precandidaturas, subraya, y ahora «hay que ponerse de acuerdo». Para el PCV es clave definir un programa unitario que permita unirse con base en lo político, económico y social, los derechos de los trabajadores, «y a partir de esa definición programática, construir una posibilidad de juntos presentar esa alternativa».
No es un detalle menor el no tener tarjeta ni movimiento registrado. En agosto pasado el TSJ admitió un amparo interpuesto por siete personas contra el secretario general del PCV, Oscar Figuera, y nombró una directiva ad hoc. Henry Para y Sixto Rodríguez quedaron como presidente y secretario general, respectivamente. «La judicialización de los partidos políticos es un patrón utilizado por el TSJ que se remonta en el 2012, justamente, para violar la vida interna de los partidos políticos venezolanos con la finalidad de sustituir sus directivas legítimas por otras militancias que sean afines al oficialismo», alertó la organización Acceso a la Justicia.
Como lo recuerda Uzcátegui «nos han negado la posibilidad jurídica de participar». Y cuando «un grupo de mercenarios asaltan la tarjeta y le quitan la cualidad jurídica al PCV, se busca negarle la posibilidad de presentarse; es cerrarle el camino a la izquierda venezolana, que es lo que ha hecho Maduro desde que se instaló en el poder. Negar la posibilidad de izquierda. Para eso ha coordinado acciones que eviten que haya una posibilidad de izquierda en Venezuela».
-¿En qué tarjeta puede ir la izquierda?
-Tiene que ser una conquista. Tiene que salir del pueblo, e imponerle al gobierno en la calle, con la razón, que hay que abrirle espacios a la izquierda venezolana para que presente sus alternativas y sus propuestas; que tenga la cualidad jurídica, que es lo que nos negaron. Partidos va a haber, partidos de izquierda existen, pero no existe la cualidad jurídica