El tenista español Carlos Alcaraz Garfia se impuso al italiano Lorenzo Musetti por 6-2 y 6-2 en una hora y 20 minutos para alcanzar los cuartos de final del Abierto de China disputado en Pekín.
Comenzó el transalpino endosando un 40-0 al actual número dos del ranking mundial y que busca en el circuito chino acortar distancias con el primero en la clasificación, un Novak Djokovic que no sumará puntos en el gigante asiático.
Alcaraz le devolvió la jugada perfecta a Musetti en su segundo resto, con lo que consiguió la primera ventaja de la tarde, que amplió en el quinto juego y le sirvió para sentenciar el set inicial, dejando de camino varios intercambios que encendieron los ánimos de los espectadores en la pista central del Diamond Arena.
El choque se reanudó con una nueva rotura a favor del murciano, que supo sacar ganancias de su primer turno al saque en contrapartida a un Musetti que dependía en exceso de su segundo servicio.
Un nuevo ‘break’ de Alcaraz en el quinto juego fue suficiente para repetir el resultado del primer set en el segundo, y permitir al español desempatar a su favor los enfrentamientos individuales entre ambos en el circuito ATP tras este tercer duelo que protagonizan.
Alcaraz se enfrentará en los cuartos de final del Abierto de China al noruego Casper Ruud, séptimo cabeza de serie, que se impuso al argentino Tomás Martín Etcheverry por 6-1, 5-7 y 6-7(7) en 2 horas y 57 minutos en la pista Lotus del complejo capitalino donde se celebra este torneo ATP 500.
«Hoy tuvo (Ruud) un partido realmente difícil. Voy a tomar eso como una ventaja para mi partido de mañana. Probablemente esté un poco cansado», afirmó el murciano a la conclusión de su duelo.
Aún así, Alcaraz aclaró que su futuro rival «es un jugador realmente duro», por lo que defendió que tendrá que mostrar su «mejor nivel» y tratará de no dejar que el noruego domine.
El español también quiso valorar la polémica de las pelotas del torneo, y declaró que efectivamente sintió la diferencia «desde el primer entrenamiento en Pekín», aunque resaltó que es algo a lo que los tenistas «tienen que acostumbrarse» al cambiarse las mismas en cada torneo. EFE