Comenzaron la protesta este martes 26 de septiembre en la Plaza Cubierta del Rectorado de la UCV
Acostados en colchonetas, acompañados por algunos envases llenos de agua, nueve jubilados de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) sumaban este miércoles 27 de septiembre su segundo día en huelga de hambre en la Plaza Cubierta del Rectorado de la UCV.
Cerca del mediodía una bombera universitaria chequeó algunos parámetros de salud de los huelguistas. No podía dar declaraciones a los medios de comunicación, pero asintió al preguntarle si estaban estables. Por tratarse de personas de más de 55 años de edad el temor de sus allegados y amigos es que se descompensen.
Un poco más temprano, el capitán Julio Blanco puntualizó que retomaron la huelga de hambre debido al incumplimiento de Pdvsa. Decidieron protestar en la UCV porque la universidad les garantiza seguridad y autonomía, lo que no estaba garantizado en la sede de La Campiña.
Blanco contó que la primera huelga de hambre se prolongó por 36 horas y la levantaron por los acuerdos alcanzados con directivos de la petrolera. Pero la minuta firmada el 13 de septiembre fue incumplida, relató. Cuando regresaron a una reunión el lunes 25 de septiembre otro funcionario les informó «que no hay plata para pagar».
¿Qué reclaman? «Exigimos a Pdvsa que cumpla con el pago del fondo de pensiones, que tiene que ver con el único pagaré auditado por la empresa KPMG, de 2.707 millones de dólares; eso ha generado 1.200 millones de dólares que debieron repartirse, desde hace ocho años, en más de 37 mil jubilados», puntualizó. También reclaman el pago de los intereses, unos 600 dólares para cada jubilado. «Reclamamos una asistencia médica integral acorde» e igualmente «que se nos asigne la bolsa de comida o su equivalente en dólares».
Rodolfo Hernández, otro de los huelguistas, afirmó que no les ha quedado otro camino que la huelga de hambre. Al presidente de Pdvsa «le pediría que nos atendiera los tres pedimentos que tenemos». El dinero «es de nosotros y nos están engañando con reuniones», criticó.
Hernández, procedente de Cabimas, tiene 77 años, y ha dedicado 40 a la empresa. Dice que jamás pensó que tendría que arriesgar su vida para disfrutar de atención médica y jubilaciones. «Nos han violado todos nuestros derechos», denunció.
El capitán indicó que hay varios jubilados, al menos cuatro, que quisieran incorporarse a la huelga de hambre. «Vamos a mantenernos acá hasta que Pdvsa nos llame a reunión. Por supuesto, arriesgando nuestras vidas, porque una huelga de hambre atenta contra nuestra salud, pero es la única herramienta de lucha que tenemos para exigir y hacer respetar nuestros derechos».