Donanemab se asoció a ARIA, anomalías en las imágenes relacionadas con el amiloide que pueden incluir inflamación cerebral y microhemorragias
Este martes 18 de julio, la revista científica JAMA publicó los resultados de un estudio de fase 3 en relación a un nuevo fármaco que puede contrarrestar los efectos del Alzheimer.
El medicamento de nombre Donanemab, de la farmacéutica Lilly, ralentiza el deterioro cognitivo en un 35% en comparación con pacientes con niveles de tau en el cerebro de bajos a intermedios.
La publicación reseña que el Donanemab es un anticuerpo monoclonal, como los otros dos nuevos fármacos contra el Alzheimer, aducanumab (‘Aduhelm’) y lecanemab (‘Leqembi’). Estos fármacos atacan las placas cerebrales formadas por una proteína llamada amiloide que alteran la función celular y provocan la rápida propagación de otra proteína llamada tau. Tanto el amiloide como la tau contribuyen al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Los ensayos con Donanemab, señalan que los pacientes experimentaron un 40% de menor riesgo de pasar de deterioro cognitivo leve a demencia leve, por lo que la enfermedad se ralentizó entre 4,4 y 7,5 meses a lo largo de 18 meses.
En el mes de mayo, Lilly anunció que trabajaría con Estados Unidos y otros países para «obtener la aprobación del fármaco en el menor tiempo».
Sin embargo, Estados Unidos ya rechazó en enero la aprobación acelerada de Donanemab debido al número limitado de pacientes que estuvieron expuestos al fármaco durante al menos 12 meses en un estudio clínico.
Gil Rabinovici, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos), aseguró que el medicamento funciona mejor en las primeras fases de la enfermedad.
Aunque los resultados son alentadores, Rabinovici asegura que es necesario un análisis de profundidad par comprobar cómo afectan estos resultados a los pacientes.
Al igual que otros fármacos que tratan la enfermedad, Donanemab se asoció a ARIA, anomalías en las imágenes relacionadas con el amiloide que pueden incluir inflamación cerebral y microhemorragias.
Se produjeron ARIA graves en el 3,7 por ciento de los pacientes, incluidas tres muertes.
Rabinovici instó a actuar con cautela cuando estos fármacos se introduzcan en la práctica real.
Por ejemplo, sugirió limitar el acceso a los pacientes con resonancia magnética (RM) normales antes del tratamiento, repetir las RM a intervalos regulares e interrumpir o suspender el tratamiento cuando se produzca ARIA.
Dado el elevado coste previsto del Donanemab y la gran demanda de los pacientes, Rabinovici remarcó que podría tener sentido limitar la duración del tratamiento. Se reduciría al tiempo necesario para eliminar las placas amiloides del cerebro.
«Esto podría mejorar enormemente la viabilidad del tratamiento para pacientes, clínicos, aseguradoras y sistemas sanitarios», aseguró Rabinovici.