La compañía informó que seguirá desarrollando sus propios componentes para reducir la dependencia de proveedores extranjeros
La gran empresa china de telefonía Huawei está preparada para resistir la presión de Washington y reducirá su dependencia de componentes estadounidenses, dijo su fundador a medios japoneses.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prohibió el miércoles 15 de mayo, que empresas de su país usen equipos de telecomunicaciones de compañías extranjeras, una medida que parece apuntar a Huawei.
«Nos estábamos preparando para esto», dijo el fundador y presidente de la empresa, Ren Zhengfei, a un grupo de periodistas japoneses este sábado, 18 de mayo, en su primera entrevista desde la decisión de Trump.
Ren afirmó que Huawei seguirá desarrollando sus propios componentes para reducir la dependencia de proveedores extranjeros.
Huawei lidera la carrera en tecnología 5G, pero depende de componentes fabricados fuera de China.
Cada año se gasta 67.000 millones de dólares (60.000 de euros) en piezas, incluyendo 11.000 millones de proveedores estadounidenses, según el diario japonés The Nikkei.
El usualmente discreto Ren, de 74 años, ha saltado a la palestra en los últimos meses coincidiendo con el incremento de la presión sobre su compañía.
El cable de la agencia AFP asegura que «el pasado militar de Ren y la opacidad de Huawei despertaron sospechas en algunos países de que existen lazos entre la empresa y los militares y servicios de inteligencia de su país».
Las agencias gubernamentales estadounidenses ya tenían prohibido comprar equipamiento de Huawei.
«No hemos hecho nada que viole la ley», se defendió Ren, estimando que las medidas estadounidenses tendrán un impacto limitado, reseña la noticia.
«Se espera que el crecimiento de Huawei se ralentice, pero sólo ligeramente», afirmó, según The Nikkei.
«No cambiaremos nuestra gestión a petición de Estados Unidos, ni aceptaremos vigilancia, como hizo ZTE», aseguró, refiriéndose a otra compañía china en la mira de Washington.
Indica también la reseña que la empresa china ZTE casi se fue a la quiebra en 2018, luego de que prohibieron a las empresas estadounidenses venderle componentes vitales, pero Trump anuló la decisión a cambio de una multa de 1.000 millones de dólares y la supervisión del departamento de Comercio de Estados Unidos.