En los abogados y los familiares «reina la incertidumbre», porque «a pesar de que no hay pruebas se puede producir una condena. Todo está dependiendo de lo que digan en Miraflores. La decisión la toman en Miraflores», aseguró Guillermo Navas, abogado de Gabriel Blanco
Alonso Meléndez se llama como su hijo. O al revés. Pero desde hace un año la vida de ambos se desmoronó. Porque Alonso Meléndez hijo es uno de los luchadores apresados desde julio de 2022, en el contexto de las protestas sociales contra el instructivo de la Onapre. Al Palacio de Justicia, en Caracas, acudió Meléndez este jueves para estar presente en una nueva jornada del juicio contra su hijo.
Reynaldo Cortés, Alonso Meléndez, Néstor Astudillo, Gabriel Blanco, Emilio Negrín y Alcides Bracho forman parte del mismo proceso.
«Creo que de aquí en adelante tiene que haber algo para su libertad», comentó Meléndez padre a contrapunto.com. Luego de carraspear, respondió que este año ha sido muy difícil para la familia. «No podemos venir siempre, por el costo de los pasajes y la estadía. Venimos de Falcón. Ese es un proceso. Hoy vine porque debe haber algo».
Recordó que el juez que los encarceló hoy está preso: Mascimino Márquez. «¿Qué se puede esperar?», interroga. «No había pruebas contra ellos». Pueden decir «miles de cosas, pero el problema es que los sustenten, y no han sustentado nada».

Guillermo Navas, abogado de Blanco, se presentó este jueves en el Palacio de Justicia para la continuación del juicio. Se esperaba la llegada de un testigo, y posiblemente, el cierre.
Blanco «está privado de libertad por un delito que no aparece en el expediente, no hay una prueba contundente para haber decretado la privativa de libertad, no se cumple con los extremos del Código Orgánico Procesal Penal», reiteró.
Ya «estamos culminando el juicio, han desfilado varios funcionarios policiales y no han traído ninguna prueba que pueda justificar su permanencia en privativa de libertad. Lo están juzgando para asociación para delinquir y terrorismo, con base en un tuit de una persona buscada en Venezuela». No obstante, afirmó, la prisión de ellos «tiene que ver con el hecho político, porque todos los que están privados de libertad participaron en las protestas contra la Onapre».
En los abogados y los familiares «reina la incertidumbre», porque «a pesar de que no hay pruebas se puede producir una condena. Todo está dependiendo de lo que digan en Miraflores. La decisión la toman en Miraflores», señaló Navas.

Los seis están ahora en el mismo centro de reclusión -sede de la PNB en La Yaguara- después de que los familiares denunciaran que Alcides Bracho, encarcelado en otro lugar, se complicó de salud por las malas condiciones y fuese trasladado, aclaró Karina Molina, integrante del Comité por la Libertad de los Luchadores Sociales.
Están encerrados en espacios pequeños y eso ha generado consecuencias. «Ahora Néstor Astudillo presenta flebitis, porque tiene problemas de circulación de sangre» que se agravaron con la prisión.
«Para nadie es un secreto que en este país las cárceles, al igual que los hospitales y la educación, están privatizadas. Los presos comen, sobre todo en los centros de prevención, porque los familiares les llevan comida, agua y todo lo que necesitan. Todos los días», relató Molina. «Para entrar uno tiene que dar una colaboración, para dejar la comida hay que dejar una colaboración. Las cárceles no son responsabilidad del Estado, sino solamente por lo punitivo. Hay Estado para juzgar a la gente, pero no hay Estado para que haya alimentación, sistema de salud. Nada de eso».






