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lunes, 25 noviembre, 2024
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Economista Hermes Pérez: La medicina para la enfermedad de la economía venezolana es el aumento del salario

Texto, fotos y videos: Vanessa Davies

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«En agosto vamos a tener el pago del bono vacacional, y el cálculo se va a hacer con base en el salario mínimo, que no aumenta desde hace 14 meses», subraya el profesor universitario y analista

Tal parece que la premisa que rige la política económica del gobierno es que la gente compre menos y que, pese a ello, la economía se levante. Pues lo que plantea el economista Hermes Pérez, profesor de la Universidad Metropolitana, es todo lo contrario: si se recupera el ingreso de trabajadoras y trabajadores comenzará a girar una rueda de recuperación.

«Estoy bastante preocupado por la pérdida de la progresividad de los derechos laborales. Lo digo como economista, como ser humano y como jubilado. El salario integral, según la regulación venezolana, está formado por el salario, el bono vacacional, el mes de vacaciones, las utilidades, y todos esos conceptos de calculan con base en el salario. Y el salario depende del salario mínimo; sobre todo en la administración pública, las escalas salariales se movilizan cuando se aumenta el salario mínimo. La falta de aumento del salario mínimo es una medida muy grave», razona Pérez en conversación con contrapunto.com.

De seguir así, advierte, «en seis meses, si no hay aumento, el salario mínimo tiende a cero». El año pasado el salario mínimo era de 40 dólares, y 12 meses después estamos en menos de 5 dólares, por lo que hablamos de una pérdida de 90% del poder adquisitivo del salario. Es decir, ganas menos en bolívares, en dólares las cosas están más caras y sufres el doble impacto».

El no aumento del salario mínimo implica, además, que entre 4 y 6 millones de personas vean que sus escalas salariales no se mueven. «En agosto vamos a tener el pago del bono vacacional, y el cálculo se va a hacer con base en el salario mínimo, que no aumenta desde hace 14 meses».

No esconde su alarma por esta situación. «Estamos en presencia de una situación muy grave para los trabajadores, porque tenemos la pérdida de la progresividad del salario, y una masa de trabajadores que autorice la autoridad de turno. Esto pone a los trabajadores a no saber cuánto ganan, a esperar por un bono para saber cuál será su salario. Eso tiene que cambiar», expone. «Pero si no cambia, es algo demasiado grave. Sería el retroceso más grande, en la historia contemporánea, para los trabajadores en Venezuela».

A quienes propugnan que mientras menos dinero circule menos riesgo de inflación, Pérez les explica que 70% de la actividad económica es consumo, y que «el no aumento del salario mínimo, en lugar de resolver el problema, lo exacerba, porque entonces vas a tener inflación con contracción económica».

Consecomercio y Conindustria reportan caída de la actividad económica. «La medida de política económica apropiada, la medicina para ese paciente, es aumentar el salario». Pérez recuerda que, según algunas tesis, si se incrementa el salario mínimo la economía desmejora. Pero cita ejemplos que demuestran lo contrario; incluso, con experiencias impulsadas -como en el caso de New Jersey- por economistas que ganaron Premio Nobel. «Si una persona gana 10 dólares, ¿qué hace si le subes a 15 dólares? Consume. La gente que está más bajo en la cadena económica compra alimentos. Una persona con un salario de 20, 30 o 50 dólares no va a comprar dólares, ni pasajes. Va a comprar comida. ¿Qué pasó en New Jersey? Las personas de menos ingreso, al recibir un aumento, consumieron más, y al consumir más se abrieron oportunidades de negocios, los inversionistas invirtieron más, tuvieron que contratar a más trabajadores. Terminó mejor la economía, con salarios más elevados y más empleo».

Esa receta se aplicó en otros escenarios. «Cuarenta y tres años después llegaron a la conclusión de que si mejora el salario mínimo mejoran las condiciones económicas de toda la población y mejora la economía. Por eso ganaron el Premio Nobel».

Lo que hoy se hace en Venezuela, a la luz de estas experiencias, «es una política equivocada, y no lo digo yo, lo dicen 43 años de estudios de cuatro personas que ganaron el Premio Nobel de Economía. Pero bueno, no vamos a creerles a ellos, vamos a usar el sentido común. En Venezuela tenemos 80% de la población que recibe sueldos por debajo de los 100 dólares. Tenemos 4 o 6 millones de personas que dependen del salario mínimo. Si aumentas el salario mínimo de 5 a 10 dólares, la persona va a consumir», argumenta.

Y eso no lo es todo. «Si voy al mercado tengo que pagar mi 16% de IVA, el comercio tiene que pagar el Impuesto Sobre la Renta, tiene que pagar impuestos municipales; los comercios tendrán que contratar a más personas y toda la cadena de consumo se reactiva», describe.

«No estamos hablando de cosas que no existen. Durante la pandemia de COVID-19, cuando cayó el consumo, 197 países, incluida China comunista, Vietnam, Estados Unidos, ¿qué hicieron? Vamos a dar crédito para que se consuma, vamos a dar plata para que se consuma; tuvo algunos bemoles, pero la idea era incentivar el consumo. Estas son algunas de las medidas apropiadas», alega Pérez.

El salario en América Latina se ubica en 350 dólares, estima. «Está bien, no vamos a regresar a la Venezuela saudita, pero no puede ser que tengamos una brecha tan grande entre nosotros. Nosotros estamos produciendo entre 700 mil y 800 mil barriles de petróleo. Cualquier país soñaría con tener lo que esto genera: unos 18 mil millones de dólares de ingreso. NO me digan que no hay ingreso para por lo menos subir el salario mínimo a 50 dólares».

El economista asevera que el gobierno «tiene cómo financiar un aumento de 50 dólares del salario mínimo sin ningún problema, e incluso, puede llegar hasta 100. ¿Eso es carga fiscal? Sí. Pero al final de año ese pasivo se le licúa con la inflación» y además se paga IVA e ISLR. Elevar el salario mínimo a 50 dólares implica una inversión anual de 3 mil millones de dólares.

¿Otras medidas? El IVA podría reducirse temporalmente:»Puede pasar de 16% a 10%, o exonerarlo en lo que resta del año. Todo el mundo coincide en que el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras ha causado más daño que beneficio. Puedes hablar de una reestructuración de ese impuesto, que baje de 3% a 1% y que peche las operaciones de 200 o 300 dólares en adelante, y no las operaciones pequeñas».

El encaje legal se podría reducir a 40% o 50%, progresivamente, a fin de aumentar el acceso al crédito. «Son medidas coyunturales inmediatas que se pueden tomar».

Sus recorridos por áreas comerciales, sus visitas a zonas turísticas solo le reafirman la inquietud, y también, la convicción de que se deben tomar otras medidas. «Los resultados se verían de inmediato. Si subes el sueldo de inmediato la persona va a comprar. Se dice que el dinero va a la compra de dólares, y no dudo de que eso pase en segmentos de la población que tienen capacidad de ahorro, pero una persona sin capacidad de ahorro, que es la mayoría», va a consumir.

A quienes sentencian que el aumento salarial disparará el dólar, Pérez les responde que el dólar estaba en 4 dólares hace un año, y pasó a casi 28 dólares sin que haya mediado un ajuste del salario. «No podemos decir que el aumento salarial movió el tipo de cambio porque no ha habido aumento. Esa afirmación no pareciera estar acorde con la realidad. El dólar subió sin aumento. Hay otras razones».

Pero… Si no se toman medidas lo previsible es que el «paciente» empeore. «Ya estamos observando una ralentización del crecimiento. Una contracción. Cuando ves los primeros síntomas, debes atacar la ‘infección’ de manera rápida, y la debes atacar con las medidas apropiadas. El acetaminofén no te va a curar una infección; debes ir a la raíz de la enfermedad. Ante una caída del consumo de 70% se debe tratar de evitar que siga cayendo el consumo. Una forma es tratar de controlar la inflación, que es un problema crónico en este país; y otra, aumentar los ingresos de las personas. Cuando controlas la inflación el ingreso mejora, tienes un descanso. Pero además de eso necesitas una mejora salarial».

-¿Tenemos cómo satisfacer la demanda?

-Si se mejora un poco la capacidad de consumo de las personas, si se evita que siga cayendo, eso va a garantizar que el tejido industrial que queda se va a mantener. El hecho de que no exista destrucción del aparato productivo ya es bastante. Progresivamente, con el mantenimiento del consumo, verás mayor actividad. Desde 2021 hasta mediados de 2022 vimos el surgimiento de nuevos comercios, de distintas actividades en el sector alimentos y en otros sectores. Este es un ejemplo de lo que podría pasar si tratamos de mantener el ímpetu del consumo, o por lo menos evitamos que siga cayendo.

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