El francés Karim Benzema es, en Real Madrid, un hombre de partidos importantes. Este miércoles, en el Clásico ante Barcelona disputado en el Camp Nou, lo volvió a demostrar. Su combo de tres goles y una asistencia fue más que elocuente y determinó la goleada 4-0 que clasificó al Merengue a la final de la Copa del Rey, reseñó ESPN.
El partido había comenzado favorable al Barça, que lucía más punzante y en los primeros 10 minutos ya había pisado varias veces el área rival. Benzema veía todo esto desde lejos, en su sector de la cancha. Preparando el Arsenal.
Su primera función llegaría a los 46 minutos, al filo del entretiempo. Un contraataque perfecto del Merengue lo dejaría cara a cara con el arquero culé, Marc-Andre Ter Stegen, aunque un poco sobre la derecha del área.
Cuando todos esperaban el remate, Karim hizo algo diferente, impredecible. Habilitó a Vinicius Junior, que estaba a la misma altura que él pero sobre el centro del área.
Lo dejó solo y el brasileño no desaprovechó.
Comenzada la segunda parte, Benzema no frenó: a los 49 fue él quien recibió una asistencia perfecta, en este caso de Luka Modric. El croata se la entregó y el francés, entrando al área por el medio, remató impecable para gritar su primer tanto del partido.
Ocho minutos después se encargaría se sentenciar la serie con un nuevo tanto y, ya a los 81, transformaría en histórica una actuación personal que hasta ahí ya era impresionante.
Triplete y asistencia del francés. Directo a los libros de Real Madrid como una de las mejores performances personales de la historia del Clásico.