El papa Francisco se despidió este domingo de Baréin pidiendo a la Iglesia local que estén «siempre en favor del diálogo» con «los hermanos de otros credos y confesiones», en la reunión con el clero del país, donde los católicos son cerca de 80.000 y casi en su totalidad inmigrantes de Filipinas y la India.
«¡Tratemos de ser custodios y constructores de unidad! Para ser creíbles en el diálogo con los demás, vivamos la fraternidad entre nosotros (…) Hagámoslo también en la sociedad multirreligiosa y multicultural en la que vivimos. Estemos siempre en favor del diálogo, seamos tejedores de comunión con los hermanos de otros credos y confesiones», afirmó.
En la iglesia del Sagrado Corazón de Baréin, la primera que se construyó en este país del golfo Pérsico en 1939, y la única hasta diciembre pasado cuando se inauguró la nueva catedral, el papa indicó a los religiosos que den siempre ejemplo de fraternidad «para rechazar las tentaciones del enemigo, que siempre siembra cizaña».
El papa recordó que la comunidad católica es un «pequeño rebaño constituido por migrantes» y «que llevan en el corazón con un poco de nostalgia» y entre ellos citó a los fieles del Líbano, «ese amado país, tan cansado y probado, y a todos los pueblos que sufren en Oriente Medio».
«Es hermoso pertenecer a una Iglesia formada de historias y rostros diversos que encuentran armonía en el único rostro de Jesús», señaló.
Francisco concluye así un viaje de cuatro días a Baréin para intensificar la alianza con el islam, como ha hecho en sus ya más de diez viajes a países de mayoría musulmana y, para ello, volvió a reunirse con el imán de la Universidad de Al Azhar, de Egipto, Ahmed al Tayeb, con quien firmó en 2019 en Abu Dabi el documento para la Hermandad Humana, y también participó en una reunión del Consejo Musulmán de Ancianos, que promueve los valores de la tolerancia y la paz entre religiones.
Pero también su objetivo ha sido el de instar al respeto de no sólo la libertad religiosa, sino también «la libertad de culto» para que en toda la región los católicos puedan profesar su fe e ir, por ejemplo a misa, algo que no ocurre en la vecina Arabia saudí, donde no hay iglesias y algunos de los fieles cruzan el puente que les une a Baréin para poder participar en el rito. Rseñó EFE