Introdujeron cartas, desplegaron pancartas y solicitaron audiencia con Tarek William Saab
Cuando todas las pancartas se abrieron este miércoles 24 de agosto en Parque Carabobo, frente a la sede del Ministerio Público en Caracas, varias razones de protesta y malestar social se dieron la mano. En la acera se encontraron familiares de los nuevos presos políticos, defensores de derechos humanos, jubilados y pensionados, familiares del docente Javier Tarazona (que ha consumido en prisión más de 400 días sin que el proceso en su contra se defina) y trabajadores públicos. Un punto en común: la exigencia de justicia.
Todos los sectores que se encontraron en este lugar apelaron a la misma figura: la de Tarek William Saab, fiscal general. Todos esperan que Saab -más allá del cuestionamiento de su designación por parte de la asamblea constituyente- ayude a poner orden en un entorno caótico en el que cada funcionario parece aplicar su personal noción de justicia.
Los familiares de presos políticos introdujeron varias cartas para solicitar que liberen a sus seres queridos. Es el caso de Diannet Blanco, esposa del preso político Gabriel Blanco, quien nuevamente pidió el pronunciamiento del MP porque Gabriel ya cumplió 45 días preso y todavía la justicia no ha dicho si lo juzga o lo libera por supuesta «conspiración».
Un grupo de pensionados del estado Vargas también requirió de Saab para reiterar su demanda de pensión igual al costo de la canasta básica. Luis López, jubilado y pensionado del Frente Amplio Vargas, recordó que necesitan una pensión digna «porque lo que recibimos es insuficiente» para alimentarse, para comprar medicamentos.
«El régimen está aplicando violencia institucional. Primero, cuatro o cinco horas para cobrar una pensión; esa pensión, además, se está devaluando», consideró.
«Lo único que este régimen entiende es un pueblo en la calle», sentencia. «Es una cuestión de dignidad y de sobrevivencia».
Rafael Tarazona es hermano de Javier Tarazona, director de la organización Fundaredes, encarcelado y en malas condiciones de salud. «MI hermano está a la espera. Ya se aperturó el juicio, acota. «Estamos solicitando la libertad de un defensor de derechos humanos que durante años ha hecho el trabajo de hormiguita y de defender a aquellos que no tienen voz».
Juntos en el reclamo, juntos en la exigencia de justicia, todos protagonizaron una de las tantas protestas que a diario ocurren en Venezuela.