«Nuestra lucha es como la de Martin Luther King: protesta, resistencia y diálogo», subraya el coordinador de la Coalición Sindical Nacional
Después de una semana de lo que califica como hostigamiento gubernamental, el dirigente sindical Carlos Salazar lucía sereno, este lunes 25 de julio, en la planta baja del edificio de la CTV. El coordinador de la Coalición Sindical Nacional explicó que desde el pasado sábado no ha visto más a funcionarios de cuerpos de seguridad del Estado.
«Nuestra lucha es como la de Martin Luther King: protesta, resistencia y diálogo. El problema es que el gobierno no dialoga para resolver los problemas, sino que quiere implantar una política laboral como la que hicieron el ‘viernes negro’ de la semana pasada. Es desastroso lo que hicieron con el contrato colectivo de salud y los beneficios de educación».
Habla de resistencia «porque estamos resistiendo a todo este salario de hambre que nos impone el gobierno». Y de protesta, porque se trata «de seguir la lucha civil».
-¿Cuál debería ser el espacio de diálogo?
-Primero, una reunión de solución de conflicto con Miraflores, directamente. Con fecha, hora, lugar y mucha antelación para que sea pública y notoria, con una agenda, un cronograma de solución de conflictos. Nosotros no vamos a ir a una reunión a Miraflores a que nos tomen un video y la cosa se quede allí. Nosotros no vamos a tirarnos fotos ni hacernos videos con nadie; queremos solucionar el problema de millones de trabajadores y jubilados de este país, que se mueren de hambre y mueren por falta de un sistema de salud y falta de salario. Si quieren reactivar el país deben recordar un país se reactiva con salario, con pensiones.
Salazar afirmó que han hecho propuestas que no han sido tomadas en cuenta. Al gobierno le propusimos «vamos a arreglar el problema del cestaticket», pero no ha sido posible. «Si vamos a colocar un baremo, vamos a colocar el de la Cepal. Una comida diaria en Venezuela cuesta seis dólares; bueno, multipliquemos seis por 30 días y son 180 dólares. El cestaticket no afecta las prestaciones, no afecta las vacaciones, no afecta las incidencias salariales. Ahí tiene, pues. Tienes una solución. El cestaticket tienes que dárselo al jubilado, también. ¿Qué pasa si un jubilado cobra un cestaticket de 180 dólares? Inmediatamente se va al comercio, se va a los supermercados y se va al sistema de salud a comprar medicinas. Eso se devuelve directamente al sistema de impuestos», explica.
-¿Qué cree que pasa que no han sido invitados a dialogar?
-Existe un ministro del Trabajo que no cumple las funciones del ministro del Trabajo. Parece que quiere ser una fuerza de choque contra los trabajadores en vez de ser un árbitro. Tanto es así, que lo quiere es hacer lo que hizo el «viernes negro» con salud: los contratos colectivos, de acuerdo con el artículo 89 de la Constitución y 18 de la ley del trabajo dice que son progresivos. Ahora quiere pactar actas convenio por debajo de lo ya pactado. Lo que quiere es una involución del derecho laboral en Venezuela. Lo que impide eso es que personalidades intercedan. Que lo haga directamente Delcy Rodríguez; que desde el despacho de la Vicepresidencia se articule una reunión, que esté el ministro del Trabajo pero no para ser un dirigente patronal del oficialismo, sino para ser un árbitro.
No es solo el salario, aclara. «A la mayoría de las organizaciones nos han quitado las sedes sindicales: en el Ministerio de Tierras, en la alcaldía de Libertador, en Fetramiranda, Fetravargas. Vamos a ver cómo nos devuelven las sedes sindicales. Otro punto: el reenganche de los dirigentes sindicales despedidos; ese punto lo pueden hacer. La liberación de trabajadores presos. Adecuar el sistema de salud para la atención de los jubilados; hay que buscar centros de triaje para que los atiendan».
En su opinión, el gobierno solamente «quiere negociar con ciertas cúpulas sindicales que no están en la calle», aunque «sí ves en la calle a las bases de esta central CTV». Hasta ahora se reúne «con los que se le hace más fácil un diálogo, y así lo que hace es darles poder a ciertas cúpulas para dividirnos a nosotros, los trabajadores. Por eso las bases marcamos muy fuerte. Hay centrales serias, como Codesa, UNT y la CUTV».
El diálogo, insiste, debe darse «no con lo que se le haga más fácil al gobierno, sino con los antagónicos, que son los que llevan la lucha».